Diana Martínez
Santurtzi
Lunes, 30 de septiembre 2024, 15:27
La transformación de Santurtzi avanza con la regeneración urbanística del grupo Aurora Vildosola, una barriada construida a mediados de los años 50 para acoger a los obreros de la Margen Izquierda. Este núcleo de Kabiezes se identificó como de gran vulnerabilidad ya que, en él, según los análisis preliminares, la renta media por hogar no supera los 15.000 euros por vivienda al año. La misma situación se da en otros veinticuatro barrios de Euskadi, por ello el Gobierno vasco está trabajando para implementar mejoras de accesibilidad y eficiencia energética en todos ellos.
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«El programa Berpiztu está transformando nuestras ciudades, no solo desde un punto de vista físico, sino también social, mejorando la calidad de vida de los residentes y apostando por la sostenibilidad», ha recalcado este lunes el consejero de Vivienda y Agenda Urbana, Denis Itxaso, durante una visita a las obras que, financiadas por el Gobierno vasco, los fondos Next Generation, el Ayuntamiento y las comunidades de propietarios de las 104 viviendas distribuidas en siete bloques, suponen una inversión total de 8,8 millones de euros.
Además de implementar mejoras significativas en la eficiencia energética y accesibilidad, la intervención incluye la construcción de muros de contención y sistemas de drenaje en las áreas traseras de los edificios para evitar problemas de filtraciones, así como la adecuación de las zonas comunes con nuevas rampas que aseguren que todas las entradas a las viviendas sean plenamente accesibles. «Es uno de los proyectos de mayor envergadura en cuanto a eliminación de barreras arquitectónicas. Esta regeneración supondrá una reforma del grupo Aurora Vildosola sin que pierda su esencia original», ha señalado la alcaldesa, Karmele Tubilla.
Para facilitar cualquier información sobre la obra y los trámites a realizar para optar a las ayudas económicas se abrió en junio del pasado ejercicio una 'opengela', una oficina de barrio que acompaña a los propietarios en todo el proceso de rehabilitación de sus edificios. «Siempre que hay que aportar una suma de dinero, asusta, por lo que se les ha hecho un acompañamiento personalizado para que estuvieran tranquilos», han explicado las trabajadoras de la 'opengela', que han detallado que de los 71.000 euros que tendría que pagar cada propietario se subvencionan 55.000, pero con la ayuda de vulnerabilidad se paga como mucho 6.000. Se prevé que los trabajos concluyan previsiblemente en octubre del próximo ejercicio.
«El sector residencial sigue siendo una de las fuentes de emisión de CO2 más importantes, por lo tanto, que nuestras viviendas sean más sostenibles en términos de consumo energético es clave. Y los vecinos lo van a notar cuando concluya la obra. Van a ser menos dependientes y menos demandantes de energía, y, mejorando la accesibilidad siendo muchos de los residentes personas mayores, se trata de una operación redonda», ha declarado Itxaso al término de la visita, tras resaltar que «ojalá podamos tener más fondos europeos a medio plazo con el que seguir rehabilitando más barrios en Euskadi».
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