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SERGIO LLAMAS
Jueves, 8 de septiembre 2022, 23:09
La controvertida tala de los 40 árboles centenarios que los promotores del nuevo parque de Serralta derribaron el miércoles en Lutxana dejó ayer un ambiente funesto en el barrio. Los operarios continuaron trabajando durante toda la mañana en la retirada de los ejemplares abatidos bajo ... la presencia de una patrulla de la Policía Local en el mismo punto en el que la jornada anterior se manifestaron un centenar de residentes y representantes de asociaciones ecologistas.
La sensación de derrota se notaba ayer, mezclada con la ironía, en las esquelas colgadas en los portales del barrio, donde se anunciaba la defunción de la Alameda Serralta, «viuda de los chalets de la Orconera». De esta forma recordaban el derribo, en agosto del 2007, también entonces envuelto en polémica, de las casas que se levantaban junto a estos árboles, y que supusieron la primera ciudad jardín de Euskadi. «Arrieros somos y en las urnas nos encontraremos», finalizaba el escrito, con una foto de los plataneros de sombra ya desaparecidos. Ayer también se echaron abajo los últimos ejemplares, que se habían conservado por la posibilidad de albergar nidos.
«Lo que han hecho con estos árboles es un delito. Los que van a plantar ahora los verá con ese aspecto mi nieto para cuando tenga mi edad», denunció la representante de la asociación vecinal de Lutxana, Maria Cristina Bilbao. Ella, junto a otras asociaciones culturales, deportivas y personas a título particular, celebró a última hora de la tarde una reunión para empezar a abordar sus próximos pasos y plantear posibles acciones. «Aquí ya no se puede salvar nada, pero si nos movilizamos quizás podamos evitar que esto mismo ocurra luego en otro lugar», animó.
Con la misma idea se manifestó ayer la representante de Barakaldo Naturala, Begoña Rodríguez. «Tenemos que hacer una valoración y ver qué se decide a partir de ahora, para ir todos juntos», planteó la portavoz del grupo ecologista. Ayer ella también se reconocía decepcionada por el hecho de que ni las manifestaciones desde las seis de la mañana del miércoles anterior, ni los intentos por colocarse delante de los camiones consiguieran evitar la tala. Los actos, por otro lado, se saldaron con un detenido por cruzar el cordón policial, que según explicó fue soltado a la tarde. «La gente se desplazó a la comisaría para que vieran que no estaba solo», detalló.
La reunión de los vecinos de Lutxana no es la única programada. También se ha convocado una Junta de Portavoces en el Ayuntamiento fabril, que Elkarrekin Barakaldo y EH Bildu venían demandando desde hacía días. Se celebrará el martes que viene y abordará el asunto del arbolado de Serralta, ahora ya desde la imposibilidad de declarar a los ejemplares singulares como se había empezado a estudiar en el Consistorio.
Ayer no fue posible obtener respuesta de la Junta de Concertación que impulsa el parque de Serralta, formada por Metrovacesa, Aelca y el propio Ayuntamiento de Barakaldo. La semana pasada sus portavoces ya se habían pronunciado a través de un escrito en el que pedían dirigirse al Consistorio, e incidían en que en ninguno de los trámites desarrollados desde el 2006 había recibido alegaciones relativas al arbolado.
Ayer mismo el Boletín Oficial de Bizkaia recogía todavía una actualización del texto refundido del parque Serralta, que acogerá más de 600 viviendas. Con todo, en la asociación de vecinos remarcaron que nunca supieron que estuviera prevista la tala de esos ejemplares. «Nos han tomado el pelo como a novatos, y por segunda vez, porque ya lo hicieron con los chalés», se dolió la representante del colectivo.
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