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Diana Martínez
Portugalete
Miércoles, 13 de marzo 2024, 18:10
Arrancar un negocio no es fácil, pero con perspectiva, esfuerzo y dedicación se puede apuntar a lo más alto. Es el caso de la familia Eguino, que en 1939 puso en marcha un negocio que pese a las adversidades ha logrado prosperar hasta la actualidad. Juanito Eguino y su mujer, Dolores Ruiz, iniciaron su andadura empresarial con una pequeña bodeguilla en el casco antiguo de Portugalete, donde despachaban vino y bacalao, y más tarde una tienda de ultramarinos en la que este pescado era el producto estrella. Aunque Dolores quedó pronto viuda, teniendo su hijo apenas 13 años, echó mano de todo su coraje para salir adelante. «Fue muy emprendedora y esa virtud la conservó y alimentó toda su vida. Dijo que algún día se expandiría y así fue», recuerda orgullosa su nieta, Iratxe, al frente junto a su hermana Leire de Bacalao Eguino, una empresa familiar que cumple ahora su 85 aniversario.
Toda una vida trabajando el bacalao y no uno cualquiera. La familia de este pescado «es muy extensa, pero nosotros vendemos solo 'Gadus Morhua', una especie que viene del Atlántico Norte –sus aguas son más limpias– y en concreto de las pesquerías de Islandia y las Islas Feroe», precisa Iratxe. De cuerpo robusto y alargado, su tamaño ronda los 40 o 60 centímetros, aunque algunos ejemplares pueden alcanzar los dos metros y hasta 100 kilos. Un producto que cortejan los mejores fogones del planeta.
¿Cuál es el secreto del éxito? «Un buen producto y una buena atención», remarca Iratxe. Y es que venden un producto que requiere orientar a los clientes. «Hay quienes preguntan si hay que meterlo en nevera y les aconsejamos hacerlo, cambiar el agua tres veces al día, tenerlo más a remojo si la carne es más voluminosa... Hay que estar muy atento porque puedes llevarte un bacalao excelente pero como no sigas un buen proceso no lo comes igual de sabroso».
La empresa familiar ya va por su tercera generación. Su impulso más decidido lo recibió de Adolfo, hijo de Juanito, que fue quien hace 35 años puso en marcha en Bilbao una sociedad importadora de bacalao, con más de 3.000 metros cuadrados destinados al secado, envasado y almacenamiento del pescado. Con esta decisión, el negocio se enfocó a una nueva y apasionante vertiente: «Vas a Islandia, ves el pescado que tú quieres, hablas con los productores... A base de mucho oír y hablar se adaptan mejor a tus necesidades, porque no es lo mismo comprarlo a un tercero que convertirte tú en un importador», subraya Iratxe, quien destaca que este paso fue «muy positivo» ya que «en Euskadi somos muy amantes del bacalao».
Tal y como vaticinaba su abuela, el negocio cobró vuelo. En 1975 se trasladaron a la céntrica calle Carlos VII, donde hoy en día continúa ubicado frente a la parada de metro, y con el paso de los años ampliaron el servicio abriendo una nueva tienda en Barakaldo y en Bilbao. De hecho, gracias al salto a internet con la venta 'online' han extendido su mercado al resto de España. «El encanto de nuestras tiendas es más fácil de apreciar cuando la visitas en persona, pero hay zonas como Málaga o Extremadura que no tienen establecimientos especializados de bacalao y allí gusta mucho este producto. La web es la manera de que les llegue un buen producto», explica Iratxe. Tras estos 85 años, la empresa se ha convertido en uno de los comercios más antiguos de Bizkaia y en seña de identidad de la comarca. «Esperamos seguir al pie del cañón para el centenario».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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