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Partir o llegar en tren a la estación de Desierto en Barakaldo y no tener que sortear numerosas escaleras para acceder a los convoyes o para abandonar el apeadero, no será una realidad hasta finales de año. A mitad de noviembre de 2022 arrancaba una ... obra que tenía una duración inicial de once meses y que tenía por objeto resolver con tres ascensores los problemas de accesibilidad que generan en la actualidad los subterráneos que conectan los andenes centrales. Pero lo cierto es que los trabajos no culminarán hasta finales del presente 2024, un año más tarde de lo establecido inicialmente.
Según han explicado fuentes de Renfe a este periódico, esto se debe a que durante el transcurso de las actuaciones «se detectaron mejoras importantes a realizar». Entre ellas está la sustitución de la cubierta del edificio que da a la calle Ferrocarril, la actualización y ampliación del conjunto de las instalaciones, principalmente de los elementos de control y seguridad, y la rehabilitación completa del paso inferior, «tras subsanar patologías estructurales que se han descubierto» en el transcurso de la obra». Todo ello ha obligado a introducir modificaciones en el proyecto inicial, que han elevado el presupuesto en algo más de un millón de euros, hasta superar los 4,6. Una cantidad que será financiada en su totalidad por la empresa pública de transporte ferroviario de pasajeros y mercancías.
Todas estas actuaciones se suman a la instalación ya prevista de tres ascensores, para poder comunicar el paso inferior de una manera más directa con los andenes, y facilitar así el paso de carritos de bebé y de personas en silla de ruedas. Además de los elevadores, estos trabajos también conllevarán el acondicionamiento de los andenes y la reurbanización del entorno, así como la construcción de un nuevo edificio en la calle Murrieta, tras el derribo en febrero de 2023 del inmueble por donde se accedía al tren desde este lado de Barakaldo, y que deja como único acceso el que se encuentra en el barrio de Urban.
Todas estas mejoras, una reivindicación histórica en la localidad, dotarán a esta estación, que data de 1888, de un acceso más moderno y funcional, en la que es, pese a estas barreras, y según los datos ofrecidos por Renfe, la tercera parada más utilizada en todo el núcleo de Cercanías Bilbao. Con unos 7.250 viajeros diarios, por delante solo tiene a Abando-Indalecio Prieto, y a San Mamés, ambas en la capital vizcaína. Una cifra que «se incrementará cuando concluya las actuaciones», señalaron fuentes de la compañía.
De momento, muchos de los usuarios actuales, dependiendo de cuál sea su destino, se ven obligados a sortear las vías cruzando por una pasarela provisional, totalmente inaccesible para las personas con movilidad reducida. Esta estructura será retirada a medida que avancen los trabajos, algunas semanas antes de la conclusión de las obras, previstas para finales de 2024.
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