«La ampliación del puente de Rontegi nos va a dejar mucho más encajonados»

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Además de la contaminación acústica, que convierte a este punto en uno de los que más la sufre en todo el municipio por el excesivo tráfico de la BI-30, el hecho de que tendrán la carretera aún más pegada a sus viviendas ha indignado a los vecinos. «Nos van a dejar mucho más encajonados, nos terminarán entrando directamente por la ventana. Llevo viviendo aquí 56 años y no hay derecho», ha declarado Paula Gutiérrez, mientras mira de reojo desde su balcón la carretera y las marcas que ya ha hecho la maquinaria en la calle para iniciar la actuación. «Yo ya tengo preparados cacahuetes y algo de beber si algún coche se queda parado, para hacer negocio de esto, porque los voy a tener a mano», declara a modo de broma otro residente, quien asegura molesto que esta intervención «devaluará un montón todos estos pisos», y convertirá este punto «en un gueto».

Thais Alcañiz considera «un sinsentido» esta obra y Cayetano Barroso va más allá, recordando que cuando se construyó la carretera el número 41, en el que él reside, tuvo problemas y fue necesario rellenar los cimientos, tras la aparición de fisuras. «¿Se ha tenido en cuenta todo eso? No puede ser que para que se mejore el paso de los coches nos tengan que fastidiar. Que lleven la carretera más allá, donde estaba la Sefanitro, que ahí no hay casas», ha apuntado a este periódico.

Ampliar

La zona donde termina la calle y está el último portal, usada como aparcamiento, lleva unos días vallada, con maquinaria y personal ya trabajando. La obra afectará a unos 730 metros de calzada, en los que se quitará un carril de salida hacia Barakaldo para que la ruta destino Bilbao y Santander pase de tres a cuatro, en una zona calificada por el Gobierno foral como punto «crítico», tras analizar los flujos del tráfico. Frente a estos bloques se instalará un voladizo para agregar el nuevo arcén, el que se usará para evitar embotellamientos en caso de averías. Unos trabajos en los que se invertirán unos 12 millones de euros, y 21 meses, y que ya traen de cabeza a los vecinos. «Han cerrado todo y no han dejado paso para emergencias. Como haya un incendio a ver cómo hacemos», ha afirmado Jerónimo Merino.

Estas incertidumbres se unen a la falta de información de numerosos vecinos, que desconocían esta obra, pese a que los administradores de fincas, en su nombre, habían presentado alegaciones. «La Diputación tenía que haberse dignado a contarnos qué iba a hacer», han señalado este martes varios de ellos en una reunión con los concejales de Desarrollo Sostenible y Medio Natural, Alba Delgado; y de Vivienda, Planificación y Gestión Urbanística, Juan Antonio Pizarro. Los ediles han aclarado dudas y han remarcado que el propio Consistorio alegó contra esta ampliación, pero sus argumentos no fueron tenidos en cuenta.

«Las fachadas más cercanas están ya a diez metros del muro que soporta la autovía, y según la nueva norma foral deberían estar a 25. Pedimos estudiar otras alternativas pero se desestimaron indicando que no habrá otro carril sino una vía de evacuación, y que se colocarán pantallas acústicas», ha declarado Pizarro. Esta actuación conlleva ayudas para el cambio de ventanas en la zona, pero muchos denuncian que las peticiones han sido denegadas. El Consistorio se ha comprometido a ayudar a los vecinos a realizar los trámites para insonorizar al menos sus viviendas de manera correcta con dicha subvención.