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Sergio LLamas
Martes, 25 de agosto 2020
Un centenar de personas se concentró ayer en Arbuio para mostrar su hartazgo hacia las personas que ocupan viviendas y que amenazan a los vecinos en este barrio de Alonsotegi. Una patrulla de la Ertzaintza se personó en la zona para vigilar la protesta, ... surgida en respuesta al nuevo intento de ocupación registrado el sábado en el bajo de un edificio de cinco alturas. Los vecinos concentrados ayer denunciaron los problemas de convivencia que sufren en la zona, y que según señalaron, se han intensificado en los últimos años.
El alcalde de Alonsotegi, Joseba Urbieta, explicó tras una conversación con el responsable de la comisaría de Balmaseda, que más allá del incidente de este pasado sábado no constan otras denuncias por viviendas ocupadas en Arbuio. «En algún pleno nos han comentado los problemas de convivencia y nosotros se los hemos trasladado a la Ertzaintza», detalló el regidor. Urbieta mostró su apoyo a los vecinos afectados, si bien recordó que no es posible actuar sin una denuncia de los propietarios. «En Alonsotegi ya hemos tenido problemas de ocupaciones en el pasado y acudimos a los juzgados en dos ocasiones», recordó ayer. El más sonado fue el caso de un antiguo edificio conocido como El Txistu, que se derribó en 2016 tras desalojar a varias familias de su interior. Entonces el Consistorio elaboró un censo con las casas que podían correr el mismo riesgo, y contabilizó una decena en esta situación.
En Arbuio, los vecinos explicaron ayer que hay tres viviendas ocupadas, propiedad de los bancos, repartidas en dos bloques frente al políngono industrial Arbuio. Este sábado los residentes de uno de estos edificios, el número 16, escucharon ruidos en el portal, por lo que llamaron a la policía creyendo que podía tratarse de un robo. Cuando llegaron, los agentes comprobaron que la puerta del bajo había sido forzada y localizaron a dos personas en el interior que, tras la llegada de una segunda patrulla, aceptaron salir del mismo. Según consta en la denuncia presentada el lunes en la comisaría de la Ertzaintza de Balmaseda, los dos individuos «profirieron todo tipo de amenazas» tras señalar que trataban de ocupar el domicilio.
Javier Calzada, uno de los manifestantes de ayer, vive encima del bajo que trataron de ocupar el sábado. «El propietario está desaparecido y actualmente el piso está embargado por la comunidad de propietarios porque debía unos 6.000 euros», explicó ayer el hombre, que estuvo presente durante la intervención de la Ertzaintza. «Cuando se fueron le dijeron a la vecina de enfrente que la próxima casa iba a ser la suya», relató ayer el hombre, quien también detalló los problemas de convivencia que vienen sufriendo en la zona. «Generan mucha suciedad porque tiran a la calle desde colillas a envases de yogures, además de hacer ruido y gritar por las noches. Aquí somos todo gente humilde. Si pudiéramos irnos a otro piso lo haríamos», lamentó el hombre.
En el bloque número 18, pegado al que registró el intento de ocupación el sábado, uno de los bajos que se encontraba vacío ya fue tapiado hace tiempo para evitar ocupaciones. «Yo llevo viviendo aquí 20 años y estos problemas han existido siempre, pero en los últimos cinco años han ido a más», señaló una vecina, que aseguró que no tendrían problemas con ellos «si cada uno hiciese su vida». «El problema es que causan daños, insultan y amenazan».
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