Adiós a Pablo Olmos, el vizcaíno enfermo de ELA que inspiró a miles de personas y mendizales

Este vecino de Las Encartaciones tenía 60 años y encaró su enfermedad con una actitud encomiable. Para muchos ha sido un ejemplo y una fuente de inspiración. Sobre todo para los mendizales. Porque Pablo era un amante de las montañas. La enfermedad se la diagnosticaron poco después de haber subido al Kilimanjaro.

Con todo, no se detuvo. Y cuando ya no pudo caminar siguió organizando expediciones y subiendo a cimas de forma virtual, acompañando a otras personas y compañeros que se sumaron a los retos que preparaba desde la entidad benéfica Dar-Dar. Así ascendió a la cima más alta de la Antártida (Monte Vinson), el Teide, el Naranjo de Bulnes, el Himalaya... Dar-Dar ha logrado numerosos premios y reconocimientos a lo largo de estos años.

«No tengo miedo a morir. Mi vida no puede quedar reducida a una cuenta atrás por ser enfermo de ELA», contaba en una entrevista con este diario hace 4 años. Pablo siempre siguió adelante con el apoyo de su mujer, Conchi, que le ha cuidado con mimo y ayudado en su trabajo en Dar-Dar durante todo este tiempo.

«Es una enfermedad cruel», asegura Conchi, en conversación telefónica con este diario. Uno de los últimos deseos que Pablo le transmitió, es que quería que los medios de comunicación siguiésemos informando y visibilizando la ELA para concienciar a la sociedad. «Es muy importante esta labor», pide la mujer que ha sido el gran apoyo del montañero de Zalla. «Gracias a todos seguiremos este camino que mi marido abrió», añade.

Para muchos, Pablo ha sido «un ejemplo». Su mensaje de despedida ha tenido decenas de respuestas, con mensajes de condolencias y ánimos para la familia. También con dedicatorias expresando su admiración hacia este vecino de Zalla. «Pablo descansa, nosotros te recordaremos siempre«.