240 euros al mes por ir en autobús al instituto

Como se trata de un nivel educativo considerado no obligatorio, los padres deben asumir el coste del desplazamiento. Empezaron pagando 110 euros al mes en 2019, que subió a 120 este curso pasado. Sin embargo, a comienzos de año, la empresa de transporte Portibus anunció a las familias que iba a dejar de prestar el servicio porque no le resultaba rentable al encarecerse el combustible y reducirse el número de alumnos. Una veintena de estudiantes cogían el bus en Carranza para desplazarse hasta el IES Balmaseda. Tres estudiantes se habían dado de baja y Portibus tenía que asumir las pérdidas. Finalmente, optaron por seguir fletando el autocar hasta final de curso, momento que ya se acerca.

Las familias, asesoradas por el abogado Marcos Picornell, han pedido al Departamento de Educación y a la Mancomunidad de Las Encartaciones mediante una carta que les ayuden a buscar una solución. Los padres plantean dos opciones: o una subvención para sufragar el gasto del autobús privado o bien impulsar la creación de una nueva línea de autobús público que conecte los municipios de Lanestosa, Carranza, Trucios y Arcentales con Balmaseda, con un horario que permita a los estudiantes llegar al instituto y volver a sus domicilios al finalizar las clases. También acuden al centro de Balmaseda estudiantes de Villaverde de Trucios (Cantabria) y Sopuerta.

Ahora, los chavales suben al bus a las siete y diez de la mañana en el centro de Carranza. Quienes viven en alguno de los barrios o en las otras localidades deben madrugar un poco más para llegar hasta el punto de partida. Por norma, les suelen llevar en coche sus padres. El trayecto dura hora y cuarto y está lleno de curvas: pasa por el puerto de La Escrita y da una vuelta para meterse en Trucios y Arcentales. Y lo que es peor, no regresan «hasta las cuatro y cuarto de la tarde, sin comer». «Después de la matada, tienen que seguir estudiando o hacer deberes», señala Martín Crespo, actual alcalde de Lanestosa, cuya hija tiene previsto acudir el próximo curso al instituto de Balmaseda. El regidor de Carranza, Raúl Palacio, es otro de los padres afectados. Los horarios del Bizkaibus les supondrían tener que madrugar más y no llegarían a casa hasta pasadas las siete de la tarde, porque hace paradas en pueblos y tarda dos horas.

Las familias han pedido presupuesto a otras empresas de transporte. Ninguna les asegura que pueda cubrir el servicio, pero si lo hacen les subirían el actual precio a más del doble, entre 240 y 250 euros al mes, y tendrían que gestionarlo en un único pago por si alguien se da de baja. «Para determinadas familias es inasumible. Algunas tienen dos hijos al mismo tiempo en el instituto y se les pone por un pico», explica Laura Mato, madre de tres niñas. «Hay que hacer malabares para que ellos sigan estudiando y no tenemos más que impedimentos. Necesitamos un poco de colaboración. No puedo dejar de trabajar para llevar a mis hijas al instituto», lamenta Laura. «Sale más barato alquilar un piso en Balmaseda pero todavía son pequeños, no pueden estar solos».

Algunas familias han renunciado a que sus hijos estudien en euskera y prefieren «no darse esa paliza» e ir al instituto de Ampuero, situado a 15 minutos. «El Gobierno de Cantabria les pone un taxi para el viaje», compara.