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El deterioro de los tirantes del viaducto es mayor del previsto.
El deterioro de los tirantes del puente de La Arena obliga a prolongar las obras otros 6 meses

El deterioro de los tirantes del puente de La Arena obliga a prolongar las obras otros 6 meses

La reparación completa de los anclajes del viaducto para asegurar su integridad elevará el presupuesto a 4,6 millones de euros

IZASKUN ERRAZTI

Viernes, 5 de mayo 2017, 17:13

Los operarios y la maquinaria de obra aún tardarán en desaparecer del entorno del puente de La Arena. Y no porque la reforma del viaducto de Muskiz, que arrancó en marzo de 2016, acumule retrasos. Una última inspección técnica ha puesto al descubierto un mayor deterioro de la estructura del previsto inicialmente, lo que ha obligado a la Diputación a modificar el proyecto original poco antes de que el plazo de ejecución tocara a su fin. Ahora, los trabajos se prolongarán seis meses y medio más y el presupuesto de adjudicación del plan a la UTE formada por Orion Reparación Estructural y Freyssinet sufrirá un incremento de 590.726 euros, hasta rondar los 4,6 millones.

En marzo de 2014, una primera revisión a fondo reveló que el puente, construido en Muskiz en 1992 bajo la dirección del ingeniero Emilio Monleón, soportaba «carbonatación, corrosión y una posible sobretensión en los tirantes» que lo sustentan. Después de aquella minuciosa ITV, la institución foral concluyó que la estructura necesitaba una intervención de calado, y se puso manos a la obra. Así arrancaba la primera reforma integral del viaducto, una vía de alta intensidad que soporta el paso de alrededor de 55.000 vehículos diarios.

En los últimos doce meses, el gigante de La Arena ha soportado un buen número de reparaciones «complejas». Los trabajos han afectado a la estructura metálica, del tablero interior y del exterior, así como al hormigón, incluyendo pilares y estribos. Además, se han sustituido apoyos y se ha actuado en la barandilla, el aglomerado y los tirantes. Y aquí ha surgido el problema.

Rotos y corroídos

El estado de deterioro de los minúsculos torones que componen cada uno de los 72 tirantes que sustentan la estructura es «mayor, en número e intensidad de los daños, que el deducido de la fase de auscultación, en la que sólo se analizó una muestra del conjunto», según han constatado los técnicos tras proceder a la retirada completa de la cera que protegía los anclajes. Una tarea que ha resultado ardua debido a los años transcurridos desde la construcción del viaducto y a las duras condiciones ambientales de la zona. Ante esta situación, urge la completa reparación de las sujecciones, «sustituyendo los torones (cables) rotos o corroídos por otros nuevos que aseguren la integridad estructural y su capacidad de carga a lo largo de los años».

Una pieza excepcional

  • El viaducto de Muskiz, de 669,90 metros de longitud, es una pieza única por su tipología de puente atirantado y excepcional por su dimensiones dentro de la red de carreteras de la Diputación. El tablero, con dos carriles para cada sentido, tiene 27,30 metros de ancho. En la mediana, de cuatro metros de anchura, se alojan los mástiles y los tirantes.

La reforma de La Arena contemplaba inicialmente la sustitución de 57 de los cables que conforman los tirantes del puente. Sin embargo, al final habrá que cambiar 230, lo que supondrá un mayor período de obras. Las adversas condiciones meteorológicas que retrasaron la limpieza de las superficies exteriores del viaducto, previa al pintado, así como las pérdidas de jornadas de trabajo el pasado verano debido al intenso tráfico en este tramo de la A-8, que desaconsejaba el corte de la vía con el fin de evitar retenciones, también han contribuido ampliar en seis meses y medio el plazo de ejecución de los trabajos, según apuntan desde la Diputación. Así, la reparación completa de la estructura será una realidad en noviembre.

Las actuaciones pendientes de ejecutar en una de las infraestructuras más icónicas de la autovía que une Bizkaia con Cantabria tendrán algunas afecciones sobre el tráfico. De hecho, la mayoría supondrán la necesidad de cortar uno de los carriles de circulación. Pero será en momentos puntuales y de forma breve, lo que garantiza la capacidad de A-8 para absorber todo el flujo de vehículos y evitar problemas. Los trabajos más complejos, como el montaje y desmontaje de andamios o los cambios de plataforma entre vanos, obligarán a cortar un carril en ambos sentidos al mismo tiempo durante períodos de tiempo más largos. De ahí que se proyecten en horario nocturno, cuando la densidad de tráfico disminuye de manera considerable.

La impermeabilización de la mediana y la retirada de la barandilla cerrarán de día un carril durante jornadas completas. Para reducir su afección, los técnicos contemplan ejecutar estas obras «fuera del período estival» y, en todo caso, dentro de las franjas horarias menos problemáticas.

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