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Diana Martínez
Santurtzi
Lunes, 23 de diciembre 2024, 18:44
La artesanía es un arte de gran belleza cuyos resultados esconden las largas jornadas de trabajo dedicadas a pulir al milímetro cada detalle. Ejemplo de ello es Isabel Domínguez, vecina de Santurtzi y toda una apasionada a las manualidades desde pequeña. «Siempre me ha gustado, es algo innato», afirma a este diario. Ha elaborado a mano distintas creaciones a lo largo de su vida y durante estas Navidades expone por primera vez en la localidad marinera su último trabajo, figuras de ganchillo.
La Casa Torre acoge hasta el próximo 9 de enero una muestra de «aproximadamente 200» creaciones a base de hilo, lana y algodón. Buena parte de la exposición incluye estampas típicas de la Navidad como un gran Belén, el Olentzero junto a su burro y Mari Domingi, Papá Noel con el Grinch acechando a sus espaldas y Rudolph, el reno de la nariz roja. Pero no solo eso, la estancia cuenta también con múltiples 'amigurumis' –significa 'muñeco tejido' y es una tendencia japonesa que consiste en tejer pequeños muñecos mediante ganchillo–.
Hay de todo. Desde Pokemon (con pequeñas figuras de Pikachu, Charmander, Squirtle y Bulbasaur, así como dos Charizard y un gran Mewtwo), pasando por Marvel (Iron Man, Capitán América, Thor, Viuda Negra, Hulk y Spiderman), DC (Batman, Joker y Superman), princesas Disney (Bella, Rapunzel, Ariel, Jasmine, Cenicienta, Blancanieves, Mulán y Tiana), Campanilla, Caperucita Roja, Grogu (Star Wars), Harry Potter, Mario y Luigi, y varios personajes del videojuego Among Us. También hay un astronauta, un surfero y llaveros de todo tipo. Incluso, en honor a su pueblo natal, también están presentes la Virgen del Carmen, patrona de Santurtzi, y la 'Mentxu', la mascota de las fiestas.
Todas las creaciones, con gran detalle. Fruto del trabajo de Isabel, que comenzó a interesarse «un poco» con el punto de cruz a los 14 años, aprendiendo de su madre y sus tías, que hacían ganchillo, pero dio un paso más en la pandemia. Durante el confinamiento, «estaba en casa, aburrida, como todos, y se me ocurrió iniciarme en el mundo de los 'amigurumis'», apunta. Un arte que le enganchó. Se puede hacer de dos maneras, siguiendo un patrón o personalizado. La santurtziarra ha trabajado de ambas maneras y le ha dedicado «muchísimas horas». En torno a unas «30 o 40» cada figura. Las más pequeñas, algo menos. En total, la exposición de la Casa Torre muestra el resultado de más de 5.000 horas de trabajo.
Por otra parte, las instalaciones incluyen otros ejemplos de manualidades como cuadros realizados mediante la técnica de punto diamante. Se trata de piedras pequeñas que se van pegando en una lámina siguiendo un patrón, con números o símbolos. «También son muchísimas horas de trabajo», cuenta la mujer. Uno de los cuadros, relata, le llevó «dos meses, dedicando entre cuatro o cinco horas cada día». Su primera exposición, inaugurada el pasado viernes, ya está causando emoción. «La gente está encantada, algunos hasta repiten para verla de nuevo porque les parece algo diferente que no se ve por aquí normalmente». Y hasta el 9 de enero sus creaciones todavía tienen tiempo de seguir impresionando al público.
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