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La construcción de 490 viviendas de protección pública (VPO) en Abaro, un anhelo de muchos vecinos de Sopela, sigue sin ver la luz. A pesar de ser un proyecto clave para el desarrollo del municipio, diversos obstáculos legales y vecinales han retrasado significativamente el inicio de las obras.
La iniciativa, que además contempla la ampliación del centro educativo Iberre en una parte del solar –cedido por el Ayuntamiento–, la recuperación de la vega del Gobela y ampliación del humedal de Urko, se ha visto frenada principalmente por un recurso contencioso administrativo interpuesto por la Asociación Vecinal de Sopela. Esta agrupación, que también cuenta con una representación en la concejalía, argumenta que el plan parcial en el sector «no cumple con todas las normativas urbanísticas y medioambientales».
La paralización de las VPO tendría consecuencias directas para la localidad principalmente ante la escasez de vivienda asequible. Por ello, la negativa de la asociación ha suscitado la polémica, que a día de hoy pretende aclarar. Defendiendo su postura de exigir el cumplimiento de la normativa que establece que el cien por cien de los pisos en esta zona sean de protección oficial, portavoces del colectivo explican que «a pesar de la reapertura del expediente, las obras de ocupación anticipada y cesión de terrenos han continuado, lo que demuestra que su acción no ha detenido el proyecto». Así lo han dejado saber a través de panfletos repartidos por el municipio con la intención de remitir el rechazo hacia su reclamación.
El Consistorio ha propuesto una mezcla de VPO y 126 viviendas de venta libre, pero «sin garantizar la construcción prioritaria de las primeras», reza el documento. Por ello, los representantes vecinales piden la edificación de los pisos protegidos antes que cualquier otra actuación, mantener abiertas la calle Abaro y el puente peatonal, peatonalizar el vial de Iberre con acceso restringido y compensar el déficit de residencias en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
También está en juego la construcción de un nuevo edificio que albergue los estudios de Bachillerato en Abaro, junto a las instalaciones del actual Instituto de Iberre. En abril se reunieron por última vez representantes de la localidad con el Departamento vasco de Educación, y acordaron llevar a cabo el proyecto tras una década de reivindicación.
Por su parte, el Ayuntamiento ya ha tramitado la cesión en esta legislatura del terreno. Y el Gobierno autonómico anunció entonces que empezaría a preparar la documentación contractual para licitar la redacción de los proyectos de las nuevas infraestructuras. Sin embargo, en julio el Consistorio solicitó una nueva reunión con Educación, y no obtuvo respuesta, según explican fuentes municipales. Por ello, el Ejecutivo local realizó la semana pasada una nueva petición, sobre la que tampoco se tienen novedades, remarca la alcaldesa Guruzne Carrasson, quien también destaca la premura de estas obras.
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