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TXEMA IZAGIRRE
GETXO.
Martes, 23 de abril 2019
El malestar de los residentes en Neguri ha aumentado con el paso del tiempo por el estado de «insalubridad y el riesgo que supone el edificio de la estación». Según denuncia Auzokideok, están «hartos e indignados». Desde este colectivo que agrupa a varias asociaciones de vecinos getxotarras, aseguran que se limitan a transmitir las quejas de un barrio que «denuncia la inacción, desidia y desinterés por parte de las instituciones responsables». Aunque el propietario de este edificio protegido es Euskal Trenbide Sarea (ETS), Auzokideok extiende la responsabilidad al Gobierno vasco y al Ayuntamiento de Getxo.
Hay que recordar que, en mayo del pasado año, fueron desalojadas las hermanas Arantza, Rosario y María José Sarria, que vendían periódicos, gominolas y tabaco en La Cantina, un negocio ubicado en las instalaciones del tren. Su salida fue obligada porque «estaba en estado de ruina», según comunicaron a estas mujeres.
Pese a la celeridad en requerir su partida, tardaron varios meses en arrancar con el apuntalamiento de este edificio, cuyo perímetro está vallado en la actualidad. Y así sigue casi un año después. Desde ETS aseguraron que «actualmente se estudian dos alternativas posibles». Un portavoz de esta entidad pública indicó que ahora mismo están inmersos en ese proceso aunque no aclaró cuáles son esas dos variantes posibles.
El caso es que el tiempo pasa y los vecinos de Neguri consideran que la situación empeora en este edificio histórico, que goza de protección arquitectónica. «El ente propietario, ETS, prometió ya hace cinco meses que en febrero se iniciarían unas obras que al menos impedirían el derrumbe del edificio», protestan desde Auzokideok. Sin embargo, en Euskal Trenbide Sarea inciden en que ya no hay peligro porque «está asegurado, apuntalado y estable».
El colectivo vecinal califica su estado de «penoso». «Las ratas campan a sus anchas en una zona de tránsito de turistas que usan el metro para desplazarse hacia Bilbao». Protestan desde la plataforma porque lo que se encuentran residentes y visitantes «en el corazón de Neguri es la imagen más lamentable que Getxo puede dar de entorno sucio, ruinoso y decadente». Luego está el peligro de accidentes que denuncian, porque este espacio está vallado, y en una zona situada cerca de la parada de autobús y de donde juegan los niños.
Los vecinos se quejan de que se está produciendo «un daño patrimonial, laboral, económico, social y de promoción turística». Se recogieron hace meses más de 700 firmas pidiendo una solución rápida que se demora en exceso y la apertura del negocio que estuvo en marcha durante décadas porque daba un servicio al barrio. Pero ETS retrasa la rehabilitación definitiva, que necesitaría del visto de bueno de la Diputación por pesar una protección sobre la estación.
Las propias características de este inmueble reducen sus posibilidades de aprovechamiento. En la planta baja tiene más de 83 metros cuadrados, pero en el primer piso hay menos de 52 metros, lo que limita en gran medida su uso.
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