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La metamorfosis urbana de Sopela concluirá en los próximos meses con la remodelación de la calle Olabide, vial que conecta la localidad con el hospital de Urduliz. El aumento de la circulación -los últimos datos apuntan que entre Loiola Ander Deuna y la calle Urgitxieta ... transitan alrededor de 12.000 vehículos al día, sin contar el movimiento vecinal- y el constante paso de las ambulancias, ha empujado al equipo de gobierno (PNV-PSE) a reformar la carretera con dos objetivos. El primero de ellos, aumentar la seguridad de los viandantes. El segundo, facilitar el paso de los vehículos sanitarios.
«Además de las patologías propias de envejecimiento de la calzada, los cinco pasos de peatones elevados existentes en un tramo de menos de 300 metros hacen que el transporte de enfermos sea molesto, inconveniente e incluso peligroso», apuntan fuentes municipales. Es más, Josu Landaluze, alcalde jeltzale, enfatizó que «la mayoría de ambulancias pasan por Olabide al ser un trayecto más corto para llegar al centro médico que por Sabino Arana». En este sentido, el Consistorio ha sacado a licitación la obra para unificar la cota de los pasos de cebra con las aceras y eliminar «los continuos saltos que los paramédicos soportan durante el recorrido».
Los pasos de peatones se elevaron en 2017, con el jeltzale Gontzal Hermosilla al frente del Ayuntamiento, con el objetivo de que los conductores no excedieran los límites de velocidad establecidos. Sin embargo, el paso de las ambulancias por Olabide tras la apertura del vial de Osteiko ha obligado al actual gobierno a cambiar el esquema vial y optar por la colocación de dos radares como medida cautelar tanto en la entrada de la carretera desde Getxo, como unos metros más adelante. La Administración también anunció la reducción de la velocidad a 20 kiómetros en la zona urbana una vez concluyan los trabajos de asfaltado.
EH Bildu, partido de la oposición con seis representantes, ha criticado de forma histórica que el vial se convierta en el acceso directo del hospital de Urduliz, al «aumentar el tráfico de la calle, afectando a la calidad de vida y seguridad de los residentes». Guruzne Carrason, candidata a la alcaldía, asegura que «desde el primer momento se están pidiendo medidas de calmado de tráfico, como las que se han solicitado en el centro después de retirar los semáforos». Elkarrekin Podemos, con un concejal, considera «inadmisible no tener conocimiento de los proyectos» antes de que se saquen las bases a licitación pública, opinión compartida también por los abertzales. Por último, Jon Gerediaga, edil de Denok Batera, puntualiza que «la zona residencial cada vez se va a ver más afectada por el tráfico, sin que la Corporación haya dado ningún paso firme para trazar una variante».
La asociación de vecinos, por otro lado, admite que facilitar el tránsito de ambulancias por Olabide «nunca ha sido una opción viable». «En vez de construir una circunvalación para no molestar a los ciudadanos, lo entorpecen. Van a dirigir por esa calle vehículos de las 1.500 viviendas nuevas que van a hacer en Urduliz, los que vengan al sector Abaro, los coches que vayan a pasar la ITV a la futura infraestructura, los que se dirijan al polígono… El pueblo va a sufrir una circulación comarcal que no nos corresponde», asegura Marisa Gadea, presidenta de la agrupación.
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