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«Tenemos que tomar alguna medida porque no podemos abandonar a los vecinos en su derecho al descanso». El Ayuntamiento de Sopela replanteará sus futuras actividades de ocio con el fin de evitar que se vuelvan a producir más macrobotellones como el ocurrido la noche ... del pasado sábado, en el que cientos de jóvenes de distintas poblaciones de Bizkaia se trasladaron hasta la localidad costera para disfrutar de la fiesta de Carnaval, dejando todo el centro urbano a rebosar de botellas, latas, cristales y vasos de plástico.
El Consistorio y la asociación Sopelako Kuadrilak organizaron para las 21.00 horas un concierto de La Topadora, una banda musical que agrupa a cantantes de Skalariak y Vendetta. Seguido tocó la romería de Oxabi. Josu Landaluze, alcalde jeltzale, confirmó a EL CORREO que los grupos «terminaron relativamente pronto, pero los chavales decidieron quedarse bebiendo en la calle». Asimismo, señaló que «en ningún momento pensamos que la programación planteada iba a hacer venir a tal número de personas».
Por lo visto, fue «una quedada por redes sociales lo que atrajo a miles de jóvenes» al municipio, algo que pilló por sorpresa al Ayuntamiento, que tuvo que reforzar los servicios de limpieza previstos para el domingo a doce operarios y una barredora. Los trabajadores recogieron cientos de kilos de basura en siete horas. Aun así, el regidor reconoció que «el pueblo sigue estando mal», por lo que aseguró que mantendrán el refuerzo, sobre todo el camión de agua a presión, durante los próximos días para limpiar los soportales y las jardineras. «Nunca antes habíamos visto algo como esto. En las fiestas de San Pedro y las del Carmen sabemos que habrá basura, pero lo del sábado ha sido totalmente desproporcionado», añadió Landaluze.
Tanto los responsables municipales como la asociación Sopelako Kuadrilak calificaron la imagen con la que despertó la ciudad de «vergonzosa» y confesaron que la situación se convirtió en «incontrolable». De hecho, la entidad, que se creó para fortalecer las relaciones entre las cuadrillas y ambientar el pueblo, denunció la «actitud que tuvieron muchas personas» y apuntó que «las actividades organizadas por nuestra agrupación han tendido a la masificación y se han alejado mucho del modelo de ocio que queremos promover». A la crítica se suma el Consistorio, quien adelantó a este periódico que «habrá que analizar con los técnicos qué tipo de gente queremos que venga a nuestro pueblo, aunque sin tomar decisiones precipitadas basadas en el enfado».
Aunque no se registraron incidentes, la entidad denunció que se habían producido destrozos en materiales de los bares.
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