Sopela estudia peatonalizar el centro para impulsar el comercio local

Pescaderías, zapaterías, mercerías y tiendas de ropa, son algunos de los establecimientos que los vecinos de Sopela echan en falta. Con casi 14.000 habitantes, la oferta comercial del municipio se está quedando corta, según los ciudadanos. El Ayuntamiento secunda esta preocupación y se plantea varias estrategias en materia de ordenación urbana para mitigar esta problemática. Una de ellas es la peatonalización del centro y, con ello, la creación de un núcleo comercial en el municipio.

La escasa variedad de negocios, junto con la dependencia de grandes superficies para realizar las compras, contribuye a perpetuar la imagen de la localidad como un «pueblo dormitorio». Muchos de los residentes trabajan fuera, en localidades colindantes, de la comarca o incluso en Bilbao. «Esta realidad afecta los hábitos de consumo, que se concentran en cadenas de supermercados o en comercios ubicados en otros pueblos», explican portavoces del Consistorio. Esta carencia se percibe especialmente en el barrio de Larrabasterra, donde, en contraste, predomina la oferta hostelera.

Ante este escenario, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) se convierte para el Gobierno local en una herramienta para paliar esta «debilidad en la actividad económica». Así es clasificada esta situación en el documento, que aún está en fase de redacción. Entre las propuestas se encuentran peatonalizar el centro, priorizar el comercio urbano en relación con el de periferia, limitar la superficie máxima de grandes equipamientos comerciales y promover la ubicación de establecimientos en las plantas bajas de los edificios.

Igualmente, en las actuaciones de transformación de uso residencial que incorporen sean de algún régimen de protección pública, se dispondrá que una parte de la edificabilidad del ámbito se destine a comercio de proximidad.

En este sentido, el plan no solo piensa en los minoristas, sino también en el impulso de otros sectores que pueden contribuir a la creación de empleo y al desarrollo económico local. La creación de un núcleo comercial podría abrir espacio para el sector de los servicios, que, de hecho, representa la mayor cantidad de empresas asentadas en Sopela. Hay casi 500 registros de este tipo en comparación a los cerca de 300 comercios. «Una mayor oferta y variedad de establecimientos, así como una infraestructura adecuada para facilitar el acceso a estos permitirá revitalizar la economía de los barrios», destacan fuentes municipales.

Tampoco hay que dejar de lado la importancia del primer sector. Tanto los residentes como el Ejecutivo local insisten en la necesidad de potenciar la agricultura y ganadería. Una de las opciones que proponen es la apertura de establecimientos destinados a la venta de productos de cercanía -actualmente solo hay 10 registrados-, lo que ayudaría a apoyar a los productores locales y a mantener vivas las tradiciones del área rural de Sopela.

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