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«Si las fiestas de Sopela se celebran bajo la advocación de San Pedro y El Carmen, sus patrones, tendrá que figurar en el programa festivo que se celebran misas. Toda la vida se lleva haciendo así, aunque haya ateos o gente que no cree. También los demás merecemos respeto y si no que hagan la celebración por otra cosa, que le cambien de nombre, porque no deberían llevar el de los santos. No hay derecho a lo que han hecho, a que las hayan borrado de un plumazo. Hay mucha gente que no se ha enterado de que se celebraban y no han podido ir. El que quiera que vaya a misa y el que no, pues no, aquí no se obliga a nadie», argumenta Rosa, una vecina de Sopela que se ha agarrado un monumental cabreo porque este año, sin previo aviso, el Ayuntamiento ha retirado las citas religiosas del programa que reparte a los vecinos.
El área de Cultura, como el resto del gobierno en manos de EH Bildu, ha eludido dar explicaciones ante las quejas, tampoco a requerimiento de este periódico. Aún así, la decisión ha sido muy comentada entre los más mayores de Sopela, parroquianos de un municipio que la semana pasada celebró unos festejos que el próximo fin de semana continuarán en Larrabasterra.
«Mayores y jóvenes, porque a estas misas van todo tipo de personas, no sólo los habituales, los que vamos a misa los domingos. Esto es otra cosa, forma parte de unos días señalados y muchos han pensado que no se hacían porque no venía recogidas en el panfleto», asegura otra vecina.
Borja Uriarte es el párroco de la localidad, de los más jóvenes de Bizkaia. Aterrizó en Sopela en 2018 con apenas 25 años y atiende, además de este municipio, a los feligreses de Barrika y Gorliz. Tampoco él llega a entender la decisión adoptada. «Es cierto que ha venido gente quejándose porque no se había enterado», afirma. No entienden qué daño hacen las misas y por qué el Ayuntamiento las ha borrado del programa. «Estoy viendo ahora el programa de Plentzia y vienen recogidas la ofrenda floral, la misa y la procesión. Así todos los años y en todos los sitios, siempre se recogen», insiste.
En el caso de Sopela, el departamento de Cultura solo ha incluido la misa de Santa Marina porque se celebra en colaboración con Urduliz y las Peñas. «En San Pedro se notó algo, pero conseguimos que fuera gente porque es cierto que lo difundimos nosotros de forma interna, para que no hubiera duda», comenta. «Siempre vienen usuarios de la residencia y contactamos con ellos para que hubiera personas que les trajesen», explica el cura.
Aunque no quiere entrar en la polémica que se ha creado en la calle, sí que reconoce su extrañeza. «Nos da pena porque de alguna forma se hace de menos a los que vienen a misa, a los católicos», argumenta. «Es un poco absurdo que se haya querido quitar del medio. Pero en el programa, por ejemplo, del día de San Pedro se señalaba que había un pasacalles desde el Ayuntamiento hasta la iglesia que una hora después volvía. Pero no se ponía nada de qué hacía la kalejira mientras tanto esa hora en la iglesia», describe el religioso.
«Lo sentimos sobre todo por esa gente mayor que no se ha enterado y que tiene la costumbre de venir esos días. Es una tradición, una parte de la celebración», asegura. Y para que no haya ningún atisbo de duda anuncia que «el 16 de julio claro que se va a celebrar la Eucaristía en la iglesia de San Pedro». Los festejos arrancarán cuatro días antes, el viernes.
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