La calle Goiene de Sopela, vial paralelo al colegio público Zipiriñe que fue cerrado durante el verano de 2021 con el fin de dotar de «más espacio al centro educativo», volverá a abrirse al tráfico en los próximos meses. El Ayuntamiento acata la orden ... del Ararteko de devolverla después de que la institución determinase en enero que la cesión de la carretera a la escuela fue «irregular», al no existir un documento oficial entre el Consistorio y el Gobierno vasco (encargado en la gestión de Zipiriñe) que cerciorarse la operación, ni la temporalidad de la obra en su conjunto.
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Josu Landaluze, alcalde jeltzale, puntualiza que se ha encargado un proyecto urbanístico para «adecuarla a la normativa y modernizarla». Prevén que las obras que recuperarán el medio centenar de aparcamientos perdidos en Goiene comiencen a lo largo del mes de junio, trabajos que aprovecharán para ampliar las aceras y dotar de mayor accesibilidad a la zona.
Emilio Camilo Pris, vecino de la calle Zabalbide encargado de acudir al Defensor del Pueblo tras el malestar vecinal generalizado por la clausura del vial, asegura «estar con la mosca detrás de la oreja porque las palabras se hagan realidad» y piensa que «la Administración tendría que haber actuado antes». «Tenemos cierta preocupación por el devenir de las elecciones. No sabemos si, en caso de que haya un cambio de gobierno, las obras se paralizarán o seguirán su curso», añade. El enfado de los residentes de Zabalbide no solo era causado por la supresión de plazas de parking, sino también «por el rodeo que tenemos que dar con el coche para llegar a nuestras casas al prohibirnos el acceso principal».
El Defensor del Pueblo basó su recomendación en un informe de la propia secretaría municipal, el cual hablaba sobre que la cesión se había realizado «por la vía de lo hecho, lo cual constituye una ilegalidad». Remarcaba, a su vez, que no constaba «un escrito en el que se garantice la temporalidad de la medida, lo que podría suponer una modificación del planeamiento». La Corporación puntualizó que la clausura se ejecutó de «manera provisional» después de una reunión mantenida en Lakua con representantes de Educación para «respetar las burbujas de alumnos» durante el covid.
La preocupación por la reducción del patio de Zipiriñe recae ahora en el AMPA, quienes aseguran que las futuras obras del gimnasio y el parque provocarán una inhabilitación del espacio. «Parece que es grande, pero en breve va a estar el exterior bloqueado. ¿Dónde metemos a los niños?», se preguntan desde la asociación.
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