«Los simuladores y la IA permiten replicar un barco y ahorrar en la preparación de una regata como la Copa América»

Hay que tener en cuenta que la vela mueve grandes cantidades de dinero y conlleva importantes dosis de ingenio para que los barcos 'vuelen' por el mar. Vela está considerado, junto a su socio Javier Cuevas, uno de los mejores especialistas mundiales en sistemas de computación. Ha sido ganador de dos Copas América (2010 y 2013). Frigola, por su parte, tiene experiencia también en la Fórmula 1 y ha llevado a su equipo al podium en esta última edición. «El American Magic fue el único en el que sus ciclistas iban tumbados, todos los análisis aerodinámicos nos decían que lo mejor para el barco era que fuera lo más plano posible y eso nos condicionaba», ha afirmado Vela. Aunque el nombre lleva a pensar otra cosa, la mitad de los tripulantes en una regata se dedican a pedalear, como los ciclistas, para que las velas puedan moverse e impulsar el velero. Inicialmente le daban a las manos, pero con el tiempo se vio que las piernas tenían más fuerza.

La fórmula utilizada por el American Cup supone una auténtica vuelta de tuerca para la competición. «Generamos menos potencia, pero ganamos en aerodinámica. El barco era rápido y no perdimos velocidad por esta decisión», ha comentado el responsable de Mecatrónica. «Los barcos son muy complejos, se intenta que naveguen manualmente y hay, por tanto, que diseñarlos de manera que suss tripulantes los manejen de la forma más fácil posible. Cuanto menos esfuerzo físico y mental realizan, más se pueden centrar en la táctica y la estratégia», afirma Vela.

Los equipos cada vez invierten más en simuladores y en Inteligencia Artificial, que ha logrado reducir el elevado coste que demanda esta disciplina. «Las horas de navegación salen muy caras», ha recordado Frigola. «Nosotros tenemos un modelo matemático y antes de fabricar la embarcación podemos testarla tanto en un ordenador normal como con los regatistas, ensayar un concepto, otro y ahorrarte dinero en fabricarlo«, ha comentado. «Todas las ideas las puedes evaluar sin coste alguno, no hace falta realizar prototipos», ha añadido Vela.

La capacidad de entrenamiento es pequeña. En mayo se echa al agua y en agosto arranca la competición. «Los simuladores nos permiten replicar la física del barco, el timón... Es como si fuera un videojuego, es lo novedoso de la anterior Americ´s Cup. Ya todos funcionamos así, se ahorra dinero y se forma a la vez el equipo. En este ordenador puedes recurrir a la Inteligencia Artificial, hacer cambios, pruebas y buscar soluciones óptimas. Es como si tuvieses un videojuego con coches que vas tuneando, pero con barcos. Juegas mientras ves las opciones. Ahora, por ejemplo, estamos trabajando en probar un timón más largo o más ancho», ha revelado Vela. «Lo puedes hacer sin gastar dos meses y 100.000 euros», ilustra Frigola.

«En un barco hay cuatro ciclistas y cuatro navegantes, se tienen que comunicar muy rápido a casi 90 km/hora y coordinarlo todo para salir volando. Aprender todo eso, el puesto de cada uno... Se puede hacer en el simulador y luego en el agua. Hay muchas formas de implementar la mecatrónica, la informática y la electrónica. La tripulación es otra pieza a pulir», ha comentado Vela.

Hay 35 ingenieros por equipo. «Trabajamos en simulación con métodos numéricos y el esfuerzo es muy grande. Hablamos de tres años diseñando la embarcación, de equipos de ciento y pico personas para una tripulación de apenas ocho», recuerdan. Un desafío en toda regla.