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VIRGINIA URIETA
GORLIZ.
Viernes, 6 de octubre 2017, 02:00
gorliz. «A mí me gustan los perros. De siempre». Lo de Ricardo Salazar es pura pasión, un sueño que le ha llevado a ser campeón de España de Mondioring, modalidad deportiva canina que aúna obediencia, defensa y agilidad. Gorliz inauguró ayer el campeonato mundial de ... este deporte en el que hasta el domingo tomarán parte 83 perros junto a sus respectivos dueños, y que coronará al mejor can del mundo y al mejor líder. «Me parece selectivo e interesante para mantener mascotas sanas y con cualidades», afirma. Para llegar a ser campeón, dice, la clave es «entrenar y ponerle ganas».
Es complicado formar un equipo perfecto con el perro. Como un matrimonio ideal. «El perro tiene que tener pasión, obecer, y tú ser un buen líder», pero se queda con que pasa muy buenos ratos con estos animales: en casa tiene hasta treinta, aunque no compite con todos. Es una forma de vida que comparte con su mujer –Nuria García, que quedó tercera en el campeonato nacional y también compite– y gracias a la que han creado Txakur Bai, un colectivo con sede en Meñaka que ha organizado el evento con la colaboración del Ayuntamiento de Gorliz. «El emplazamiento es genial y el clima perfecto, no hace frío para los perros y llueve muy poco. Ha venido muchísima gente», decía ayer, mientras competían los participantes en el primer nivel. Él está en el tercero y le tocará hacerlo hoy o mañana.
Deportistas de élite
Entre las pruebas, se encuentran las de agilidad –que consisten en saltar una valla o una empalizada de 1,80 metros, entre otros obstáculos, defensa –tienen que proteger a su dueño y atacar a posibles agresores si así se lo indica– y obediencia –hacer caso omiso a la comida y a otras distracciones–. La dificultad aumenta en función del nivel, en pruebas ambientadas con la mitología vasca, el tema elegido para esta edición, bajo la mirada de dos jueces y al sonido de las bocinas que les indican que pueden moverse. «Estos perros no se hacen, nacen. Tienen sus cualidades para el trabajo. Aunque tú quieras que un niño sea boxeador, si a él le gusta bailar no puedes hacer nada», zanja.
Aunque la gran mayoría de canes protagonistas fueron de la raza pastor belga mallinois, también hubo ‘rarezas’. El americano Otto Sturm acudió desde Missouri con su american stanford, el pequeño ‘Ccino’ (de Cappuccino) de tres años. Ha entrenado con él desde que tenía meses y ayer participó por primera vez en el Campeonato del Mundo. «Hay mucho nivel, ha sido difícil. Lo más complicado es la defensa, pero he conseguido que los jueces me aplaudan», decía ayer, alabando la comida y el paisaje de una zona «con gente muy amable». El catalán Rubén Gómez disputó la prueba de nivel dos con su pastor belga ‘Lancelot’, de dos años, recordando que en esta cita «están los mejores de cada país». Junto a austríacos, alemanes o belgas, atentos al desarrollo de las pruebas, contaba que lo mejor es que es un deporte «muy completo. Minoritario quizás porque exige mucho sacrificio y dedicación. Los perros que participan son como los deportistas de élite».
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