txema izagirre
Getxo
Viernes, 15 de noviembre 2019, 10:38
Getxo tuvo su particular Robin Hood a mediados del siglo pasado, un bandolero de Aldapa, 'El Coyote', que robaba en Neguri y Las Arenas para repartir el botín entre la gente pobre del Puerto Viejo. Los datos sobre él son escasos. Unas 300 personas han ... colaborado contando lo que saben sobre las galerías en el marco de la iniciativa 'Ilusión y ciencia', unas jornadas celebradas recientemente para aclarar qué hay de ficción y qué de realidad en la tradición oral sobre este monumento.
Publicidad
Y así revivió 'El Coyote', cuya imagen se estaba difuminando. Saroe Pascual, arquitecta de Paisaje Cultural y Patrimonio de la Unesco, ha seguido durante años su pista. Reconoce que hay «muy pocos datos», apenas alguna referencia en la prensa local de la posguerra a «un perturbado, a un ladrón llamado 'El Coyote', con el cual no se sabe si existe relación alguna». Al auténtico bandolero, la muerte, según cuentan, le llegó en Tunel-Boka, cuando la Policía por fin le atrapó y le tiró por los acantilados de La Galea sin miramientos.
Su nombre es una incógnita, al igual que los botines obtenidos, pero su historia está ligada a la red de saneamiento de Bilbao, construida a principios del siglo pasado. Entonces, era la más moderna del Estado y proporcionaba un laberinto de túneles de unos dos metros de altura que usaron también los contrabandistas. Eran en torno tres kilómetros de galerías que conducían las aguas fecales desde los puntos habitados a la costa. Por ahí se escapaba 'El Coyote' cuando la Policía le perseguía. Aquel entramado de túneles acababa en La Galea o en el parque del Puerto Viejo. En Punta Begoña había otro túnel que enlazaba con la parte alta de Aiboa, cerca de la estación del metro.
«Lo importante de la leyenda es la conexión que tienen con la sociedad e identidad del municipio», considera Pascual. Entonces, Getxo tenía un cráter económico entre un Las Arenas rico y un Neguri donde la burguesía erigía sus palacios con un Puerto Viejo de extracto pobre, volcado en los trabajos del mar y los oficios manuales. En ese micromundo hacía sus fechorías 'El Coyote'. «No hay una historia oficial», relata Pascual, quien admite, no obstante, «que está ligada a la realidad arquitectónica de la red de saneamiento y los 'malakates'», unos elementos protegidos arquitectónicamente. Para ella, ha sido «motivador» seguir la huella del bandolero. «La historia tiene muchos capítulos que se identifican con la memoria de Getxo; tiene un trasfondo que vincula a personas del municipio», concluye.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.