Los radares en Sopela disparan las multas

En Sopela se han ubicado cuatro radares fijos, todos ellos dentro del límite de velocidad (30 kilómetros por hora), en la calle Akilino Arriola cerca del colegio Zipiriñe, a la altura del número 30 de Sabino Arana, y en Olabide, junto al cruce con Lizarre y cerca del pabellón de la brigada de obras. También una cabina móvil con el fin de dar cobertura a las constantes quejas sobre las altas velocidades de los coches y el aumento del tráfico en algunos barrios. Así mismo, se procedió a implantar un modelo más pedagógico del dispositivo que advierte a la ciudadanía sobre las velocidades alcanzadas en ciertos puntos conflictivos del municipio, tales como las calles Urgitxieta, Gatzarriñe e Ingestabaso.

Los medidores que más han causado polémica son los dos instalados en Olabide. Esta extensa calzada que supera los 800 metros de longitud y que conecta Larrabasterra o el centro de la localidad con la zona industrial, precisamente es el acceso al hospital de Urduliz a través del vial de Osteiko. Tras su apertura hace casi tres años, esta calle se convirtió en el foco de las críticas de los vecinos y la oposición de entonces, EH Bildu –hoy en el Gobierno local–, «el camino es un parche que no soluciona los problemas del tráfico de Sopela, es más, va a aumentar el caos circulatorio de nuestro municipio», afirmaban.

 Los radares pretenden ahora aportar al control de los vehículos en esa zona, donde desde hace tiempo se han denunciado las constantes infracciones. Un análisis del Consistorio revelaba que «alrededor de un 60% de los conductores circulan por encima de los 40 kilómetros por hora, y en ocasiones puntuales se registran velocidades de hasta 80 km/h». No hay que olvidar que por esta vía circulan a diario más de 5.700 coches.

Ante las cifras obtenidas, la vigilancia del tráfico se pretende reforzar con la adquisición de un nuevo cinemómetro y la rotación de otro. La Policía Local también ha presupuestado para este año dos nuevas cámaras que serán instaladas en la nueva zona peatonal en el tramo de Akilino Arriola y también se colocará un panel informativo en Arrietara. En cuanto a las cabinas, se adquirirá una nueva y se reubicarán las que no sean necesarias por estar en puntos de baja velocidad.

Según Unai del Burgo, concejal de Seguridad Ciudadana, se desarrolla un proyecto de renovación de las instalaciones actuales de Udaltzaingoa, manteniéndose en el centro del pueblo. «Así mismo, pretendemos cubrir las vacantes actuales de la Policía, que serían tres agentes más, medida que mejoraría el servicio en áreas como la asistencia a la ciudadanía y control del tráfico», explica.

«Hasta ahora no se cubren las veinticuatro horas ante el déficit de agentes en plantilla», se indica como uno de los puntos débiles en la memoria de 2023. A pesar de eso, el Gobierno vasco ha remitido al Ayuntamiento un informe que recopila los datos globales de criminalidad en Euskadi, donde se destaca que Sopela presenta una tasa de 28 delitos por cada 1.000 habitantes, la más baja de la comarca de Uribe Kosta y la sexta más baja de toda Bizkaia.