¡Atención conductor!: Los radares del bulevar de Leioa ya están operativos

Desde la Corporación aseguran que son puntos «muy concurridos» donde «no se están respetando los límites marcados» y por el que transitan numerosos vecinos a pie, al estar muy próximos a centros escolares y comercios. De hecho, son muchos los residentes que aseguran ver cómo «infinidad de coches optan por cruzar el municipio 'por arriba', por las vías urbanas, para no tener que aguantar en horas punta las caravanas que se forman en La Avanzada».

Las estructuras donde van colocados los radares se instalaron el pasado noviembre a la espera de ser probados. En aquel momento causaron un gran revuelo entre los vecinos, puesto que algunos los calificaron como una «forma más de recaudar» pero otros los vieron totalmente necesarios. Borja González, vecinos de la calle Mendibil, limítrofe con Iparragirre, argumentaba ayer que «las opiniones vecinales« fluctúan en función »del lugar de su residencia». Para él es algo «beneficioso», puesto que los automóviles «nunca pasaban a la velocidad marcada, sobre todo de madrugada». «Tengo la salida de mi garaje justo en frente de la carretera y antes era casi imposible salir sin jugarme el tipo. Venían a toda velocidad y al estar el tramo en obras, ¡era todavía peor!», reconoce. Es más, fuentes municipales declaran que la puesta en marcha de los medidores «está causando un efecto muy positivo» y no descartan incluir más en «calles que estén próximas a los colegios». «Estamos consiguiendo lo que nos propusimos: que los coches pasen despacio», puntualizan.

De hecho, la plataforma Barrios Conectados hace un llamamiento para que se instale otro más «cerca del colegio Txomin Aresti». También que el Consistorio se coordine con la Diputación para poner nuevos cinemómetros en las bocas de los túneles de la Avanzada. «Es un poco incoherente que se instalen en una vía lateral unos radares de 30 kilómetros hora y en la foral a 80, cuando todos sabemos que los vehículos y las dichosas motos las padecemos todos los residentes», añaden. Por otro lado, Arantza Prado, presidenta de la asociación de comerciantes, admite que la colocación de los aparatos junto a la principal entrada a las tiendas, «ayuda a disminuir la velocidad de los coches», algo que «va en beneficio de la seguridad del tramo, el cual es bastante concurrido».

Pese a que el equipo de gobierno (PNV-PSE) nunca antes había apostado por incluir radares fijos, sí lo había recurrido a los móviles. De hecho, a principios del pasado octubre, el Consistorio amplió el número de calles donde la Policía Municipal controlará esporádicamente la circulación. A las 15 vías que el Ayuntamiento identificó como peligrosas en 2021, se añadió la subida de Gaztelubide, próxima al colegio de Gaztelueta, después de que numerosos vecinos se quejasen del exceso de velocidad de los vehículos, alertando de que «se estaba convirtiendo en un área insegura para los peatones».

Getxo y Sopela son otros de los municipios de la Margen Derecha que han optado por colocar recientemente cinemómetros en sus vías. La capital de comarca, por ejemplo, activó a finales de noviembre los tres radares que situó en julio en la rotonda de Fadura, en el acceso de la carretera de Asua y la avenida Zugazarte. Sopela, por otro lado, implantó también cuatro cámaras fijas, que se pusieron en funcionamiento de forma aleatoria a principios de enero, en la calle Olabide, Sabino Arana y Akilino Arriola, con el objetivo de priorizar al peatón ante el vehículo.

Las multas por infringir los límites de velocidad varían entre los 100 y 600 euros, además de la retirada de 6 puntos en el carnet de conducir.