Instalan tres radares para dar caza a los 'fitipaldis' en los laterales de La Avanzada

Lo que todavía no han confirmado es cuándo estarán activos. Aseguran estar haciendo pruebas, aunque prevén que sea de inmediato. Se trata de la primera vez que la Corporación apuesta por una medida de control permanente -hasta la fecha se ha estado haciendo uso de cinemómetros móviles en diversas áreas de la ciudad- a pesar de llevar varios años incorporando propuestas para promover una ciudad más amable con el peatón. Entre ellas, destaca la reducción de 50 a 30 kilómetros por hora que se implantó en 2019.

Sin embargo, la colocación de las cajas ha pillado por sorpresa a muchos vecinos de la localidad y de municipios cercanos, quienes confirman «no saber que el Consistorio pondría estos aparatos». Borja González, habitante de la calle Mendibil, aplaude la decisión y apunta que es una «solicitud que ya se había hecho al órgano local en varias ocasiones». «Es una pasada lo rápido que pasan los vehículos por los laterales. Hay algunos que se cuelan por aquí para no entrar en la propia Avanzada, pero es que no hay uno solo que circule por debajo de los 50 o 60 kilómetros por hora». Igualmente, puntualiza que se trata de un «auténtico peligro», ya que el continuo paso de los automóviles le impide sacar su coche del garaje, sobre todo después de haber incluido un nuevo carril en la vía. «Para mí es mejor que lo pongan, aunque lo que se ha reclamado siempre es que se incluya más control en la propia Avanzada, que es donde los coches pasan a 150 kilómetros por hora a la noche», concluye.

Begoña Martín, por otro lado, es una de las tantas conductoras que circula por Iparraguirre para acudir a su puesto de trabajo. Si bien considera que «la velocidad establecida es muy baja», está de acuerdo con la medida, puesto que «todos los municipios están priorizando la sostenibilidad y la seguridad al peatón». «Tampoco sé por qué la gente se sorprende tanto. Tenemos que respetar las normas y punto», subraya.

Leioa se suma de esta forma a otros municipios colindantes que también han apostado por incluir radares fijos en sus calles al detectar puntos negros. Getxo, por ejemplo, colocó el pasado mes de julio tres dispositivos en la rotonda de Fadura, en el acceso de la carretera de Asua y la avenida Zugazarte después de que los vecinos se quejasen de que muchos automovilistas no respetaban los límites al acceder desde vías rápidas como La Avanzada o el corredor de Uribe Kosta. Sopela, por otro lado, implantó también hace apenas unas semanas cuatro cámaras fijas, que se activarán de forma aleatoria, y una móvil en la calle Olabide, Sabino Arana y Akilino Arriola para garantizar la seguridad del peatón.