El radar móvil de Leioa ha 'cazado' a más de 200 conductores en tres meses

El radar móvil de Leioa ha 'cazado' a más de 200 conductores en los tres meses que lleva activo. O lo que es lo mismo, cada día más de dos conductores superan la barrera fijada en los 30 en las vías municipales. Y eso, a los que se pilla. Ya lo advirtieron cuando se decidió dar el paso adelante para colocar este sistema de control. «Se ha acabado ya el momento de concienciar, hay que actuar. No hablamos de gente que va a 32 o 35 kilómetros por hora, sino de algunos que incluso llegan a superar los 60», detalla el alcalde, Iban Rodríguez. Y ahora, los datos confirman sus palabras.

Este primer trimestre ha permitido también detectar los puntos más conflictivos, así como hacer una radiografía de los conductores infractores. Si bien se trata de un sistema móvil, que rota su ubicación por todo el municipio, la zona caliente de las multas se centra en las vías empleadas habitualmente para atajar las retenciones en La Avanzada. «Muchos atraviesan el municipio. Era previsible que esos coches eran los que mayormente incumplían con el límite de velocidad», explican desde el Ayuntamiento.

Estos vehículos entran dentro del amplio grupo que conforman los denominados 'conductores de paso' o los vecinos de otros municipios que se acercan hasta Leioa. El recuento de las sanciones revela que la gran mayoría lde os sancionados residen en otras localidades. De las más de 200 multas interpuestas, representan el 80%. «El hecho de controlar la velocidad a 30 km/h nos ha reafirmado en algo que ya intuíamos; que los y las leioaztarras cumplen con las medidas de velocidad en el municipio, y que es la actitud de los conductoras de paso, que intentan restar minutos en su trayecto, los que nos sobran en el municipio», censura el regidor. En el caso de no llegar hasta los 50 kilómetros por hora, la sanción se limita a cien euros. Los primeros dos puntos se empezarían a retirar en la horquilla de 61 a 70 por hora, además de 300 euros.

Ahora está por ver cuál será la estrategia que se adoptará en los próximos meses. «Que seamos más duros con la intensidad de los controles o no nos lo irá marcando cómo nos vayamos comportando», explica el alcalde. Por el momento, no parece que los datos recabados impliquen un refuerzo de la campaña. «Creemos que se está consiguiendo el objetivo de reducir la velocidad del tráfico en nuestras calles. Queremos un municipio amable para el peatón y, sobre todo, para los niños», señala el regidor del PNV.

Hace dos años que el Ayuntamiento dio el paso definitivo para fijar el límite 30 en todo el municipio. La medida fue poco a poco ganando terreno después de que en 2006 se pisase por primera vez el freno al coche. Fueron tres los motivos que les impulsaron a la hora de dar este paso al frente: «Favorece una ciudad más amable con los peatones y ciclistas, reduce los atropellos y accidentes y rebaja la contaminación del aire y las emisiones acústicas. Esto nos ayuda a conseguir un modelo urbano de movilidad sostenible y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible», subrayan.

Y tratan de despejar las sospechas que vinculen este sistema de control con un fin recaudatorio. «Ojalá no tengamos que poner ninguna multa, sería la mejor noticia», destaca el regidor sobre la apuesta por colocar el radar móvil en sus carreteras.

Hay varios puntos conflictivos en el mapa: Aldapabarrena, Avenida y barrio Elexalde, Avenida Iparragirre, Avenida de las Universidades, Gabriel Aresti, Estartetxe, Langileria, Larrarte, Laubide, Lekueder, Luis Bilbao Líbano, Mendibilbarri, San Bartolomé y Zarrageta. «Estas son vías especialmente sensibles por su cercanía a centros escolares o por lo observado por la Policía Local, junto con la demanda o denuncia de los vecinos de la zona por la alta velocidad que alcanzan los vehículos que las transitan y el peligro que generan», explican desde el Ayuntamiento.