La presión del Ayuntamiento de Getxo acelera la concesión del molino de Aixerrota

La presión ejercida por el Ayuntamiento de Getxo en el caso del molino Aixerrota ha surtido efecto. Operarios comenzaron ayer a retirar las pertenencias del anterior adjudicatario del restaurante Cubita por orden del administrador concursal. El Consistorio le instó a que diera ese paso «porque ya había pasado un tiempo prudencial y necesitaba hacerse cargo del equipamiento», según apuntaron fuentes municipales. Quitar esos bienes era una de las claves para que los técnicos entrasen a evaluar en qué estado se encuentra el edificio y poder arrancar de una vez con el proceso nuevo de concesión pública.

El molino acogió el restaurante Cubita durante décadas, hasta que el establecimiento hostelero no pudo aguantar el embate de la pandemia y cerró sus puertas el pasado mes de enero. Entró en concurso de acreedores y arrancó un proceso judicial que ya acumulaba meses de retraso.

Para hacerse una idea, el pasado mes de mayo estaba previsto que el juzgado liquidase los bienes del restaurante, pero al final no pudo ser. El responsable de Patrimonio, Álvaro González, explicó que le habían comunicado que «no era la época apropiada».

El tiempo se dilataba y las presiones pesaban cada vez más al aumentar desde los partidos de la oposición su temor de que el edificio se deteriorase y acabase como la cafetería Usategi, en la que llegaron a entrar okupas que causaron quejas vecinales al provocar un par de incendios.

En su declaración de intenciones, el responsable municipal de Patrimonio informó que su idea era la de esperar a que acabase el proceso concursal para sacarlo a licitación con el fin de «poner en marcha un negocio de hostelería en el molino lo antes posible». Por eso pidieron al juzgado la retirada de los bienes de los anteriores adjudicatarios. «El Ayuntamiento le insta al administrador concursal porque ha pasado un tiempo prudencial y necesita hacerse cargo del equipamiento», aseguraron fuentes municipales. Dado el paso, el proceso se acelerará.

De partida, todo estará preparado para que los técnicos municipales entren al edificio y analicen el estado del molino de viento. El resto de pasos que hay que dar en los despachos ya los tienen preparados, según comunicó a los partidos de la oposición el propio González. El concejal les aseguró que los pliegos para la concesión «ya están preparados». El responsable apuntó que el edificio está vigilado y no pueden acceder okupas ni sufrir «más deterioros que acumular polvo en su interior». La pretensión del Consistorio pasa porque el siguiente adjudicatario subrogue a los doce trabajadores en nómina que tenía el restaurante.

De propiedad municipal, se organizó un concurso público para adjudicarlo como establecimiento de hostelería y restauración. Aquel primer otorgamiento recayó en la empresa Cubita S.L., que estuvo 25 años hasta cumplir el plazo estipulado. Y lo consiguió otra vez al salir ganadora en el concurso público de enero 2018. Aunque en esta ocasión cerró sus puertas a falta de siete años para cumplir la fecha prevista.