La presa de Leioa desaparece sesenta años después

La Agencia Vasca del Agua (URA) detalla que «el aprovechamiento vinculado a la presa tiene un periodo de vigencia» y que una vez expirado o cesada la actividad «se debe proceder a su extinción y consiguiente restitución y naturalización del espacio que ocupan las obras». Las mismas fuentes apuntan que la empresa titular solicitó la extinción de dicho aprovechamiento, ya que a día de hoy no se utiliza para lo que se construyó. Y añade que requirió a la compañía un proyecto de restitución del entorno, como marca la normativa. Es decir, tras las labores de drenaje, el embalse, en el que durante años se ha celebrado el tradicional campeonato de pesca en fiestas de Leioa e incluso ha sido escenario de un ahogamiento, «no se volverá a llenar». «El desagüe de fondo permanecerá abierto de forma que el arroyo fluya más o menos libremente».

A pesar de que durante el expediente de extinción se estudió si había algún interesado en hacerse cargo de este espacio, finalmente no fue así. El propio Ayuntamiento de Leioa ha reconocido que valoró «la posibilidad de asumir el mantenimiento del embalse y del entorno», pero que la incertidumbre sobre su concesión y su elevado coste de mantenimiento les llevó a rechazar la propuesta. «En caso de que no se renovara la concesión, el Consistorio tendría que hacerse cargo de la reversión de la zona a su estado natural. Una inversión muy alta, millones de euros dados los fangos contaminados, que el Ayuntamiento no puede asumir», explican fuentes municipales.

Lo que ha llevado a acelerar los trabajos de vaciado ha sido -en palabras de Dow- que URA ha encontrado en una inspección de la presa «un riesgo adicional», que «no es inminente, pero sí de mantenimiento». La Agencia vasca del Agua reconoce que en 2022 detectaron «filtraciones de agua a través de las juntas de conducciones de los desagües» y que por eso se aceleraron los trámites. Desde entonces se ha trabajado para que el proceso de vaciado sea «muy controlado y la situación final proporcione una mejora tanto medioambiental como desde el punto de vista de la seguridad».

Por otro lado, la Diputación, que ha confirmado que los trabajos cuentan con su previa autorización, ha resaltado que el objetivo del drenaje es «evitar posibles impactos sobre la salud y la seguridad de las personas que puedan derivarse por problemas estructurales y de funcionamiento que presenta» la infraestructura. También ha recalcado que la Dirección de Medio Ambiente ha establecido una serie de condicionantes para el desarrollo de los trabajos. Entre ellas, que el drenaje deberá afectar lo mínimo posible al pez espinoso, que «no habita en el embalse, sino debajo del mismo».

Lo que aún no está claro es cómo se desarrollará la naturalización del enclave. «El uso del embalse está pendiente de análisis y estudio de las posibilidades, pero tenemos claro que se respetará el uso colectivo», dice la empresa.