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El futuro del parking de Arpillao, ubicado a escasos metros de la playa de Plentzia, ya está definido. Tras varios años de incertidumbre, el Ayuntamiento de la villa ha confirmado que se ejecutarán las reparaciones en el estacionamiento clausurado hace cuatro años. Aunque las obras ... se limitarán a una intervención parcial con un coste de 600.000 euros, en lugar de la reforma integral que había propuesto el Consistorio –en manos de EH Bildu– que implicaba la inversión de 3 millones de euros.
Los próximos trabajos se ceñirán a una sentencia emitida en junio de 2023 por el Juzgado Contencioso-Administrativo número 1 de Bilbao, después de que el recurso interpuesto por el Ejecutivo local fuese recientemente desestimado. El municipio costero perseguía un ambicioso proyecto para revitalizar la zona. Planteaba la rehabilitación autofinanciada del parking bajo rasante y la reorganización del entorno urbano a cota de superficie.
El cierre del inmueble, decretado en diciembre de 2020 por el anterior equipo de Gobierno –liderado por el PNV– debido a «daños estructurales» en la cubierta por filtraciones de agua, agudizó la falta de plazas de aparcamiento en el municipio. Actualmente dispone de 700 parcelas públicas para más de 2.000 vehículos empadronados. En Arpillao había otras 669, de las cuales 293 son concertadas.
Para acelerar su reapertura, la asociación para la defensa de los concesionarios del estacionamiento acudió en marzo de 2022 a la vía judicial «por silencio administrativo». La razón le fue concedida un año más tarde. Apenas dos semanas después de la llegada del equipo de gobierno abertzale se emitió la sentencia, que EH Bildu considera que no responde «adecuadamente a las necesidades del entorno ni del edificio», ya que el auto solicita atender unas obras con relación a un informe técnico de 2021. «Después de cuatro años podría estar desfasado», deslizan fuentes municipales.
Según el Consistorio, para recurrir la decisión se barajaron cuatro alternativas. Una de ellas era derribarlo y dejar solo los cinco locales públicos que también alberga. Pero la infraestructura, de solo 30 años de existencia, sirve de sede a varias asociaciones y un alivio ante la escasez de plazas de aparcamiento en el centro del pueblo.
Por ello, el Ayuntamiento desarrolló un informe de viabilidad económica que buscaba evitar comprometer las arcas municipales para sacar adelante la recientemente rechazada propuesta urbanística. «La inadmisión del recurso nos obliga a redefinir nuestra hoja de ruta», afirman las mismas fuentes.
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