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Uno de los pilares de la economía de Plentzia es el comercio y la hostelería. La playa, los paseos y el Casco Viejo son los grandes atractivos para los turistas y vecinos. Sin embargo basta caminar por la zona para ver persianas bajadas y carteles ... de venta o alquiler de lonjas. Precisamente para revivir las calles, el municipio subvencionará la apertura de nuevas empresas o a las que trasladen sus actividades a la villa. Más de 30.000 euros se destinarán al alquiler de los locales en desuso, la modernización de los ya existentes y la creación de empleo.
El sector apenas supera el centenar de establecimientos, según los datos del pasado año del Instituto Nacional de Estadística. La apertura y el cierre de negocios se equipara a la dinámica previa a la pandemia. Hace dos años tuvo una subida, pero en unos meses cesaron su actividad casi una decena de empresas, regresando a las cifras habituales de unos 110. Casi 40 pertenecen a la Asociación de comerciantes, hostelería y servicios de Plentzia, cuyo presidente, Adrián Vila, considera que «hay poco movimiento en ese sentido». Pese a que se inauguran algunas tiendas y bares, al tiempo se clausuran otros. «A lo largo del año abren uno o dos, pero a la vez que surgen, bajan la persiana los que ya no quieren continuar por varias razones». Una de las más usuales es por el escaso relevo generacional. «Bastante gente se está jubilando y cierran algunos comercios», explica.
Ante este panorama, el programa municipal Berpiztu incentivará la apertura de establecimientos de servicios y restauración en locales que estén vacíos al menos seis meses antes de la solicitud –excepto en casos de jubilación– mediante la concesión de ayudas económicas para el alquiler. Pequeñas empresas, autónomos y comunidades de bienes podrán solicitar las ayudas hasta el 13 de abri. Deberán comprometerse a permanecer en funcionamiento al menos un año.
Temporada baja
«Si hay más negocios, mejor. Aunque los servicios básicos y necesarios se suplen actualmente», asegura Vila. Con menos de 5.000 vecinos censados, Plentzia deberá esperar hasta el verano para su eclosión. Julio y agosto suelen ser los meses cuando se triplica la población –por la llegada de los foráneos–, y con ello la demanda del servicio llega a máximos, principalmente en la hostelería.
De cara a mejorar la experiencia de los clientes, ya sean vecinos o visitantes, el programa Eraberritu cubrirá parte de las inversiones destinadas a la renovación de los locales existentes. Las ayudas «siempre vienen bien para renovar equipo, escaparates y cosas que es necesario cambiar a menudo», destaca Vila. Para este caso, la Administración cuenta con 20.000 euros. Se establece un tope de hasta 2.500 euros por beneficiario, con un máximo de un 50% del gasto total.
Para la reactivación de la economía, el desarrollo de proyectos empresariales y la creación de empleo se distribuirán 10.000 euros a través del plan Garatzen. Un 60% de los comercios suele solicitar el apoyo en algunas de las áreas subvencionadas, según el presidente de la asociación.
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