La peatonalización de varias calles en Astrabudua y Altzaga abre la polémica

La polémica ha surgido desde que se dio a conocer que el Ayuntamiento reurbanizará seis calles en Altzaga y siete en Astrabudua. Un análisis de la Administración municipal señala que existe una «desproporcionalidad» entre el espacio destinado al tráfico motorizado en comparación con el dedicado a las personas y ciclistas. Por ello se ha decidido la restricción total del acceso a los coches en la mayoría de las áreas intervenidas, en otras se reducirá las plazas de aparcamiento a un solo lado de la calzada y en algunas se eliminará la posibilidad de estacionar para ampliar las aceras.

En Altzaga se proyectan actuaciones en las calles Ibarrondo, Obieta, Txorierri, Antonio Trueba, Santi Brouard y Altzagako Ibarra. Y en Astrabudua se modificará la dinámica en las calles Etxegorri, Karl Marx, Consulado de Bilbao –principal arteria del barrio que lo atraviesa de norte a sur–, Atxe, San Lorenzo y tramos de Mezo. «Se busca un modelo de movilidad sostenible en el que el peatón sea el actor principal y que contribuya a la eficiencia energética», se explica en el plan.

La nueva normativa supondría la activación de un sistema de control de los vehículos, reza el documento. Una regulación que es rechazada y tildada de «política restrictiva» por un alto porcentaje de residentes de Altzaga y Astrabudua. La escasez de parkings y de espacios de aparcamiento en los barrios es una dificultad que Erandio lleva tiempo arrastrando. Un estudio municipal reveló que existen 3.777 plazas libres, mientras que los vehículos inscritos superan los 9.700 y tan solo existen 4.800 plazas de garaje privadas. El informe concluía que hay un 'superávit' de sitios para dejar el coche en la calle, pero la realidad se contrapone a las cifras.

«Estamos a favor de armonizar los centros urbanos y la peatonalización de calles, pero nunca sin haber solucionado antes el problema real de déficit de aparcamientos», indican portavoces de la Asociación de Vecinos de Erandio. Xabier González, residente en la localidad, requirió el año pasado información por correo electrónico al Ayuntamiento sobre el tema y asegura haber recibido la respuesta de que «uno de cada cuatro coches aparcados no son del barrio».

También reclaman que «existen varios solares y edificios desocupados que podrían ser una opción a la falta de espacio para los coches», propone María Pavón. «Llevan varias legislaturas prometiendo solucionar este problema con la construcción de parkings tanto en Altzaga como en Astrabudua y aún no se ven los resultados», se queja la agrupación vecinal. Por su parte la oposición, EH Bildu plantea la necesidad de conseguir «un diagnóstico ajustado a la realidad que será útil no solo para el plan, sino también para determinadas políticas urbanísticas que sustenten la práctica diaria municipal».

La implementación de la OTA en los barrios «añade una carga financiera adicional a los residentes al requerirnos pagar una cuota anual», afirman portavoces de la Asociación Vecinal de Astrabudua. De hecho, a principios de este año habían reunido sin éxito decenas de firmas para frenar la propuesta sobre el sistema de regulación.