![Una visita a las entrañas de un buque oceánico de la Guardia Civil](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/03/19/WhatsApp%20Image%202024-03-19%20at%2019.14.15.jpg)
![Una visita a las entrañas de un buque oceánico de la Guardia Civil](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/03/19/WhatsApp%20Image%202024-03-19%20at%2019.14.15.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Familias, parejas, amigos, estudiantes de Náutica y hasta una bebé han estado este martes a bordo del buque oceánico de la Guardia Civil 'Río Miño', que atracó la noche del lunes en el muelle de Getxo. «Nos gustan los barcos y siempre que podemos visitar alguno, lo hacemos», ha dicho Jesús Aguirre, quien esperaba puntualmente junto a su hijo de 13 años desde las 16:30 horas a que se diera paso al primer grupo de visitantes durante la jornada de puertas abiertas. Más de 200 personas pudieron subir a la embarcación, que zarpará a alta mar a primera hora de este miércoles.
«Es una oportunidad para descubrir sus secretos», ha afirmado Aguirre. De la mano de la tripulación, los visitantes han conocido los rincones del patrullero y su funcionamiento. Además de la descripción de los lugares como el puente de mando, el helipuerto, la sala para migrantes y la zona de calabozos, también han escuchado algunas anécdotas como la vez que el confinamiento por el covid sorprendió al personal y debió permanecer «encerrado». «Se pasa bien», ha mencionado uno de los tripulantes cuando explicaba que suelen navegar catorce días y descansar un periodo similar. Aunque «no todo el tiempo estamos en alta mar», ha aclarado.
Con su sede en Cádiz –su centro de operación habitual en la zona del Estrecho–, el buque sube al Cantábrico cada año para apoyar en las labores de control e inspección de la flota pesquera durante la campaña de la caballa. Tras cuatro días navegando desde el sur y después de haber estado en Santander, ahora se dirigirán a donde estén los pesqueros –probablemente en Bermeo– para cumplir con la misión, cuyo recorrido sigue la mancha del pez con destino a Galicia.
En esta ocasión, el 'Río Miño' ha aprovechado su corta estancia en las aguas vizcaínas para mostrar a la población «lo desconocido». «A medida que avanza en el tour, enseñamos a la gente cómo trabajamos, qué hacemos y las características del barco», ha explicado el teniente coronel Eduardo Lobo, jefe del Grupo Marítimo del Estrecho.
Esta visita puede que sea una de sus últimas expediciones en el norte del país. En 2025 causará baja y será entregado el nuevo patrullero 'Duque de Ahumada', del que ya se adelanta su construcción por valor de 35 millones de euros. Su sustituto será más grande, de unos 82 metros de eslora. La estructura del 'Río Miño' es de 51,81 metros de eslora, 8,60 metros de manga, 3,65 metros y 4,2 metros de calado. Consta de catorce camarotes dobles y seis individuales, con un total de 34 camas.
«Me llama la atención todo el conjunto, el sistema, a qué se dedican, el funcionamiento, las partes», ha expresado uno de los visitantes, Eduardo Jiménez, quien ha llegado al muelle junto a su esposa para reforzar su afición por el mar. También han estado alumnos del grado en Náutica y Transporte Marítimo. Algunos por sugerencia de sus profesores y otros motivados por sus ganas de aprender. Con curiosidad, Ander Laza se ha acercado al motor auxiliar que estaba en un apartado de la proa y ha preguntado por el sistema de refrigeración de la despensa, le ha secundado Guille Rodríguez, quien se ha mostrado inquieto por la capacidad de las dos embarcaciones auxiliares que se usan para rescatar a los migrantes o perseguir a las 'narcolanchas'.
El buque actúa como embarcación de salvamento en el mar por lo que puede albergar a unos 150 náufragos y cuenta con cuatro celdas para detenidos. «Presta servicio en la Guardia Civil desde 2007, realizando numerosos auxilios humanitarios en aguas subsaharianas y participando en una multitud de operaciones en alta mar en la lucha contra el narcotráfico», ha explicado el jefe del servicio operativo. Lobo ha indicado que durante las misiones ayudan a los migrantes brindando los primeros cuidados antes de conducirlos al puerto más cercano y disponible.
Esta nave oceánica –una de las tres que posee este cuerpo– es un antiguo pesquero japonés (ex 'Tensho Maru No. 28') construido en 1984. Llegó a manos de la Guardia Civil tras su compra –de «segunda mano»– y rápida adecuación en 2007 cuando se requería un nuevo barco para apoyar las misiones de control de la migración irregular procedente, principalmente, de África. Durante más de una década de servicio marítimo ha estado en las aguas en las que España ejerce soberanía o jurisdicción alrededor de la península ibérica y el archipiélago canario –en África Occidental, Canarias, Portugal, Estrecho y Alborán–.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.