Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
TXEMA IZAGIRRE
Martes, 19 de enero 2021, 23:32
«Todo empezó hace unos tres años, pero 2020 ha sido terrible». Los vecinos de la calle Tejera, en el barrio getxotarra de Neguri, denuncian que no pueden soportar más los problemas causados por grupos de adolescentes –muchos de ellos menores– que se reúnen bajo ... los soportales de sus viviendas cada fin de semana. Se juntan desde primera hora de la tarde «para beber alcohol, con música muy alta. Fuman y trapichean con drogas sin guardar distancias ni llevar mascarillas en muchos casos», según se quejan.
Incluso se les han llegado a enfrentar, insultarles y amenazarles. Cuando se van queda la huella de su basura, además de «vómitos y meadas» frente a sus puertas de entrada. Quieren hacer un cerramiento de los soportales para acabar con el problema, pero el Ayuntamiento les niega la licencia correspondiente. Por eso confiesan sentirse «desesperados».
Los vecinos de la calle Tejera se unen a los de otras zonas de Neguri para describir cuadros muy complicados de digerir. «Hemos visto cosas de todo tipo. Desde vecinos llorando hasta otros que han llegado a sufrir ataques de nervios por lo que está pasando. Hace un año le pegaron a uno entre ocho chavales», asegura J. S. –elige esas siglas para mantener su anonimato porque asegura que sienten «miedo». «No obedecen a la autoridad, a la Policía Municipal o a la gente mayor». Han llegado a un punto en que algunos residentes, como J. S., están convencidos de que «el derecho de los menores se ha convertido en un problema de los mayores. Han perdido el respeto hasta a la Policía».
Se repiten las escenas cada fin de semana. Generalmente los sábados es cuando hay mayores aglomeraciones. «Empieza sobre las cinco o cinco y media de la tarde, cuando salen en manada del metro con bolsas llenas de botellas y hasta con 'katxis' en la mano. Y enseguida empiezan a cantar, a botar y a bailar». J. S. relata que «se dirigen a la zona de la calle Tejera. Ahí arranca todo el jaleo, que se extiende por todo el barrio». Estos adolescentes copan la zona buscando cobijo en los soportales, el parque Gernika, el situado frente al Hotel Artaza, y demás. «Con los altavoces que ponen a tope, beben y fuman sin guardar las distancias…».
Los residentes consideran que lo que hacen estos chavales «es un peligro en tiempos de covid. No guardan las distancias entre ellos y están agrupados frente a las puertas de nuestras casas. Ni podemos esquivarles para salir». Algunos se preguntan «¿qué ejemplo estamos dando a nuestros hijos cuando ven esto cada fin de semana?».
Estas personas no entienden porque no se ha acabado con las concentraciones. Piden «seguridad y salubridad, porque con los tiempos que corren no es lógico que pueda haber gente vomitándonos en los portales, con el riesgo que eso supone. Tampoco es normal que estén fumando porros sin guardar las distancias, con el olor que se te mete por las ventanas, y sin mascarillas muchos de ellos». Se quejan de que hay hasta «trapicheo» en la zona.
Los habitantes del barrio protestan porque a lo que se enfrentan cada fin de semana «es un despropósito». Y para evitarlo, reclaman que les dejen cerrar los soportales para impedir a los chavales el acceso. «Lo hemos pedido, pero nos lo han negado. El Ayuntamiento es nuestro mayor enemigo. Estamos de desamparados». «Todos los informes que les mandamos, se los pasan por el forro», se lamentan.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.