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Ane Ontoso
Berango
Miércoles, 31 de mayo 2023, 19:31
Berango llora la pérdida de su vecino Fernando Ansoleaga Basozabal, «alma mater de la Pasión Viviente de Berango, del grupo de teatro Txirlora -que dirigía-, y de otras muchas iniciativas teatrales y culturales como la escenificación del Olentzero y Cabalgata de Reyes de Berango». Así ... lo expresan quienes le conocían. Para ellos «es y será un referente» del pueblo. Su alcaldesa Anabel Landa solo tiene palabras de agradecimiento. «Nos ha enriquecido como municipio y como personas». Incluso, le consultaron algunos detalles técnicos cuando se hizo el Antzoki de Berango.
La regidora le retrata como «una persona siempre positiva, muy creativa y muy trabajadora». «Una hormiguita», apoya Jon Ander Urbina que compartió muchos recuerdos con Fernando desde los 16 años. Él como muchos otros se metió en el grupo de teatro Txirlora, pero su amistad fue mucho más allá. Lo mismo le ocurrió a José Luis Sánchez y a su mujer Noni Expósito. Su amistad traspasó las fronteras del grupo actoral. «Era un genio para la pintura, el arte y el diseño. Tenía ese don. El vestido de mi mujer lo diseñó él», relata José Luis.
El 31 de agosto Fernando hubiera cumplido 78 años, pero el sábado partió de manera repentina. Ingeniero de formación, dedicó su vida al negocio familiar de su padre en la calle Sabino Arana. «Era también tienda y papelería -detalla Iratxe Iza-. Era el centro neurálgico«. Evoca cómo de pequeña le compraban cartulinas, papel de regalo o tarjetas de Navidad. Ella también fue catequista junto a él en la parroquia de Berango y recuerda cómo organizaba conciertos de góspel. »Culturalmente Berango ha perdido muchísimo«, lamenta.
«Tenía una cabeza privilegiada -cuenta Iratxe- y compaginaba su trabajo con clases particulares de matemáticas, física o química desde niños a universitarios». Para ella, Fernando era «un genio. Una persona como muy pocas y un artista con mayúsculas. Como director de teatro era muy estricto». «Le gustaban las cosas bien hechas», afirma José Luis. Además del grupo Txirlora, dirigía al grupo de teatro Sutondoan de Derio y hasta que se disolvió, también al Grupo de Mujeres de Sopela.
«Era muy perfeccionista y llevaba todo a rajatabla, hasta el último detalle. Era un gran director, también con su genio», cuenta la concejala de Cultura y amiga, Izaskun Zubiaur. El día de su fallecimiento estrenaba la obra 'La canasta', de Miguel Mura, en Derio. La noticia cayó como un jarro de agua fría. Pero decidieron continuar en homenaje y la ovación en su honor se grabó a fuego entre el público.
Este mes tenían programada 'Usted tiene ojos de mujer fatal', de Jardiel Poncela pero será aplazada. Lo que les gustaría, «si la familia nos da autorización, sería llevar adelante el guion 'Berango, mi pueblo', que escribió para contar la historia del municipio. Estaba superilusionado», revela Izaskun. «Era una persona muy querida -prosigue-, nos hemos apoyado mucho. Fernando era teatro, un artista, llevaba la cultura en las venas y por Berango ha hecho muchísimo».
Josune Pascual le conocía, asimismo, de «toda la vida». Con 9 años, le dio su primer papel «de pueblo» en la Pasión Viviente. Y con el tiempo llegó a hacer todos los papeles principales desde la Virgen hasta María Magdalena. Aunque Fernando no consiguió que se uniera a Txirlora como su hermana Irune, porque «él pedía compromiso y yo no podía», recuerda Josune que evoca los buenos ratos en 'la bacalada', el concurso de bacalao al pil-pil en el que también se implicaba.
Ella le describe «simpático, cercano, con un humor muy irónico y con un gran sentido del humor, sabía reírse de sí mismo y era muy fiel en la amistad que regalaba». Y también una persona «muy familiar». No estaba casado ni tenía hijos pero todos coinciden que se desvivía por sus sobrinos María, Ainara y Aimar. «Eran la ilusión de su vida y se sentía orgulloso de ellos», asegura Josune. José Luis añade que ellos también «le querían con locura».
Los trajes que confeccionó Fernando descansan ahora en su armario. Deja huérfanos a los grupos que dirigía, pero ellos continuarán su legado. Karmele Bilbao, que siempre se mantuvo «a la sombra, peinando, cosiendo, llevando y trayendo», así lo espera. Ella organiza la cabalgata de Reyes «y sin él no era nada». Jamás olvidará cómo en la pandemia él se dedicó a pintar y le obsequió con un cuadro. «Era de mi hija Cristina, que falleció, no se me olvidará jamás. Es un regalo muy preciado». Todos coinciden en que Berango le echará mucho de menos. Esta tarde le recuerdan en la parroquia Santo Domingo de Guzmán.
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