Alunizaje en un bar de Getxo: «Había un coche empotrado y un tipo vigilando mientras otros robaban»

Mientras uno de ellos vigilaba desde fuera, en el interior sus compañeros reventaban en poco más de un minuto la caja registradora y una máquina tragaperras. Utilizaron en el alunizaje un vehículo marca Audi que previamente habían robado.

Este mañana, en el exterior del local se concentraban algunos de los vecinos a los que anoche les sorprendió el suceso, otros pasaban por la calle y preguntaban qué había pasado, mientras una empresa retiraba los destrozos. «Hemos escuchado un ruido tremendo, he salido a la ventana y he llamado corriendo a la Ertzaintza porque he visto a un tipo enorme con la cara tapada, menos los ojos, controlando para que sus compañeros pudieran robar. Mi mujer me decía que me quitase, no fuera a ser que luego viniesen a por nosotros. Al poco rato han venido cuatro coches de la Ertzaintza, pero se han ido muy rápidamente», ha relatado un vecino a este periódico.

El propietario del negocio, Jorge Lamás, no daba crédito a lo sucedido: es la segunda vez en menos de seis meses que sufre algo parecido. El pasado 4 de diciembre entraron en un segundo local hostelero que regenta al otro lado de la plaza, el restaurante El Puente. Entonces cuatro varones que se bajaron de un coche robado de gama alta, levantaron la persiana, se llevaron directamente la máquina registradora y reventaron la tragaperras. La Policía no les llegó a detener. Un joven que estaba en los alrededores y que solía pasar allí ratos para conectarse al Wifi del bar contempló la escena.

En esta ocasión, el vehículo ha terminado contra la puerta de acceso que está frente a la ría, que ha quedado completamente reventada. Se dañó, además, el hormigón de la estructura. «En las cámaras ha quedado grabado cómo en un minuto veinte segundos abren la máquina registradora. Se han llevado cuatro veces más que la otra vez», ha lamentado el propietario del establecimiento, que no ha desvelado la cantidad exacta. «La máquina que tenemos en este bar está puesta precisamente para que los hosteleros podamos vivir más tranquilos, para que todo sea más fácil porque tienen mayor capacidad, cualquiera no puede manipular el dinero porque entra directamente y así no tenemos que estar todos los días con la recaudación del día y los cambios», ha explicado.

Frente al local hay dos plazas de discapacitados que va a solicitar que se supriman. «Voy a pedir al Ayuntamiento que dejen aparcar o me pongan dos contenedores para que no me vuelvan a robar porque va a suceder. Mira que nunca lo he querido, pero es que sé que van a volver a pasar», ha comentado a el CORREO.

En las dos últimas décadas le han robado siete veces, pero ninguna como esta. «La última vez fue hace tres o cuatro años, no recuerdo, pero nada que ver. He tenido más robos en 2003, 2007, 2011, 2014... pero no eran profesionales como estos, ahora vivo con disgustos e infartos», ha reconocido Lamas.

No es sólo el dinero que le han quitado, hay más. «Tenemos que cerrar un tiempo, hacer obra, los empleados sin trabajar, estrés, recortes de ingresos... Lo podemos asumir porque llevamos toda la vida, veintitrés años pico pala para estar arriba, para ser la élite, y son negocios que funcionan bien, pero no quiero estos sustos», ha apuntado.