Mariano de Aróstegui, una vida en favor de la vida
Por GONZALO DE ARóstegui gómez ·
Por GONZALO DE ARóstegui gómez ·
GONZALO DE ARÓSTEGUI GÓMEZ
GETXO
Miércoles, 4 de enero 2023, 15:35
La tarde de Nochevieja murió, a los 74 años, mi hermano Mariano y aún sin reposar la tristeza, siento la necesidad de escribir. Sus últimos días de vida me han enseñado cosas de él que desconocía porque su discreción le impedía mostrarlas.
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Mi hermano se ... fue de casa cuando yo aún era un niño; se fue a cumplir un sueño, su vocación: ser médico. Por aquel entonces no había en Bilbao Facultad de Medicina y tuvo que irse a estudiar a Zaragoza. Volvía a casa algún fin de semana, y en vacaciones siempre lo hacía cargado de adoquines de caramelos de La Pilarica.
Una vez terminada la carrera, comenzó su vida profesional en Cruces y tras un año de Rotatorio, eligió la especialidad de Obstetricia y Ginecología. Al finalizar la especialidad compatibilizó su trabajo en el Hospital de Cruces con su consulta privada. Y trabajó incansablemente hasta dos años antes de su muerte, cuando le obligaron a jubilarse; él no quería.
Sus manos fueron las primeras manos que conocieron miles de niños vizcaínos, seguramente su voz la primera voz que escucharon. Ejerció su profesión con la dedicación y la devoción de amarla. Su profunda fe, su apuesta diaria por la vida, le granjeó el respeto y la admiración de muchos, algo que no supe hasta que se puso enfermo.
Marga, su mujer, recibía al día cientos de mensajes de ánimo e interés por su estado. He de reconocer que desde que él mismo me dio la noticia por teléfono, he vivido sumido en la tristeza y la nostalgia. Pero sus firmes creencias, su humildad, generosidad y aceptación de la muerte, nos han enseñado a todos a sobrellevarla en la esperanza del reencuentro.
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Mariano, como yo, amaba el mar. Y navegar. Y como buen marino era algo fanfarrón, socarrón, muy soñador y divertido. Le gustaba contar historias del pasado y mientras algún hermano tocaba la guitarra, cantar canciones en francés.
– Mariano, el sábado celebramos mi cumpleaños, contamos contigo.
– Ya me gustaría pero no puedo, tengo a dos de parto seguro.
Siempre de parto, siempre de guardia, debía de mantener a seis hijos que han sido junto a su mujer su razón de existir.
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El lunes viví un funeral que reflejó la magnitud de su persona, abarrotado de gente y lleno de reconocimiento y amor por su trabajo y talante.
No conozco sus obras porque nunca hablaba de ellas, pero he visto lo que deja atrás y es inmenso. Y viéndolo, me vino a la cabeza el final del álbum 'Abbey Road' de los Beatles: «And in the end, the love you take is equal to the love you make» (Y en el final, el amor que recibes es igual al amor que das).
La tarde de Nochevieja cuando recibí la noticia, había viento sur; le imaginé izando la mayor a bordo de un velero de nombre 'Santiano', con el terral hinchando las velas, sonriendo en un viaje solitario rumbo al horizonte.
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Adiós, querido Nanín, adiós.
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