leire pérez
Domingo, 3 de abril 2022, 15:40
«Lo más importante es que no se deje de hablar de lo que está pasando en mi país, en Ucrania. Es lo mínimo que yo puedo hacer y tenemos mucha suerte de que con estas actividades tengamos una oportunidad de relatar lo que está ... sucediendo allí. Nuestra ciudad está completamente destrozada». Verónica Pershyna huyó el pasado 12 de marzo y desde entonces reside en Getxo. Este domingo ha sido una de las ucranianas residentes en Bizkaia que se ha dirigido a Berango para participar en la marcha familiar en favor de su país que había organizado el Ayuntamiento vizcaíno. La iniciativa ha logrado recaudar 6.541 euros, que han sido entregados por parte de la alcaldesa, Anabel Landa, al presidente de Unicef en Euskadi, Isidoro Elezgarai.
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Ni la lluvia ni el frío han impedido que varios centenares de personas- a lo largo de esta semana se inscribieron 153 familias- hayan participado en el acto que tenía como objetivo recolectar dinero para ayudar a los niños del país, pero también visibilizar una guerra que lleva más de un mes activa. El tiempo obligó a realizar algún cambio en las actividades que estaban programadas para el final del trayecto y que del parque Moreaga se trasladaron a la escuela. Los participantes transitaron por el centro del pueblo y tras una pequeña incursión en Getxo volvieron por el barrio de Santa Ana y la Avenida Simón Otxandategi.
A las 11.00 de la marcha comenzó el trayecto en el que participaron diversas asociaciones del municipio y representantes de los clubes de fútbol, baloncesto, atletismo y ciclismo de la localidad, entre otros. Precisamente, varios niños de Elkar Kirolak encabezaron con sus bicicletas la movilización ciudadana y dirigieron a los participantes hacia la calle Sabino Arana. «Nosotros colaboramos con el Ayuntamiento en todos los eventos que suelen hacer. El fin de la marcha merecía pasar un poco de frío y para eso estamos», explicó el presidente del grupo de bicicleta, Josetxu Muñoyerro.
Al recorrido acudieron familias del municipio, pero también de otras localidades limítrofes como Getxo que no dudaron en colaborar con la iniciativa solidaria. «Solemos venir mucho a Berango y hemos querido participar porque nos ha parecido muy bonito», comentó Leticia Luengo, que estuvo acompañada de su marido y sus dos hijas. Unos metros por detrás fue en el recorrido Carmen Caballero. «Si todos ponemos un granito de arena se hacen muchos, hay que echar una mano porque si nos tocase a nosotros también nos gustaría que nos ayudasen», admitió.
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La celebración terminó con actuaciones de magia, del grupo de danzas Otxandategi y de la Asociación Cultural Eslava Vasca, que se subió al escenario para representar bailes y canciones ucranianas. «Habrá gente que pensará que estamos aquí vestidas, pero cuando el alma está sufriendo, la música y el arte ayudan a superar lo que tenemos dentro. Hemos subido con nuestros trajes ucranianos para conservar por lo menos nuestro folclore y nuestras tradiciones que no nos la va a quitar nadie», comentó una de sus integrantes visiblemente emocionada.
La alcaldesa, Anabel Landa, recordó que el recorrido solidario «es una actividad de las muchas que se están haciendo en Euskadi con la que visibilizar el conflicto y, en este caso, mostrar la solidaridad del municipio de Berango, no solo de la ciudadanía sino de diversas entidades y asociaciones culturales y deportivas, así como de empresas que también han colaborado». El Ayuntamiento ha aportado además 3.000 euros para que la asociación Ucrania-Euskadi pueda seguir transportando el material que se continúa recogiendo en diversos puntos de la provincia. Berango fue una de las primeras localidades de Bizkaia en habilitar las dependencias municipales para que sus vecinos pudieran depositar ropa y productos básicos que luego se enviaron a Ucrania y a Polonia.
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Isidoro Elezgarai, presidente de Unicef en Euskadi, felicitó al Ayuntamiento por una «iniciativa preciosa para recaudar fondos que nos permitan transformarlos en las cosas que realmente se necesitan como medicinas, kits quirúrgicos y vacunas porque están reapareciendo enfermedades que habían desaparecido», lamentó. Unicef tiene en estos momentos 140 trabajadores en Ucrania para detectar las necesidades que van surgiendo. «Hay que coordinar todo porque muchas de las cosas que hemos enviado están tiradas por las calles. Se necesita dinero para que las organizaciones que están allí puedan comprar lo que realmente se necesita», añadió.
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