«Si llego a saber lo del tercer carril de La Avanzada no hubiese comprado la casa»

Por el momento todo son «incertidumbres» entre los residentes. Aún no saben en qué medida les va a afectar este nuevo tramo, pero tienen claro que «vamos a perder calidad de vida». «Éramos conscientes de que íbamos a vivir al lado de La Avanzada, pero no con un tráfico tan denso al lado de las viviendas, porque este nuevo carril está más cerca de las casas», comenta Ignacio Lozano, residente en un bajo, una ubicación que, cree, les perjudica aún más si cabe. «El ruido nos llega de manera directa y visualmente ahora notaremos todo el tránsito, después de que se haya quitado la barrera que dividía estas dos carreteras», argumenta.

Alrededor de 130.000 conductores utilizan durante los días laborales la calzada para dirigirse o regresar a la zona de Uribe Kosta. Y como remedio al embotellamiento que se genera a las tardes en horas punta, desde el ente foral trazaron este nuevo carril como medida disuasoria. «El estruendo se va a generar cuando la gente acelere para incorporarse a este tercer carril», apunta Aitor Maza, vecino del cuarto.

No obstante, desde Diputación despejan estas dudas asegurando que el ruido será menor, ya que «se evitarán las retenciones habituales», un escenario que aumentaba los decibelios en la zona. Y también descartan la opción de instalar un muro contra el impacto acústico. Esta obra únicamente se realiza sobre viviendas anteriores al 2003, ya que desde entonces son las propias constructoras las que se encargan de este trabajo, y en este caso la vivienda fue levantada en 2008.

Aunque esta reordenación no solo fija la «preocupación» sobre La Avanzada, sino también en la vía lateral que transcurre por la Avenida de Txikia y que sirve a su vez como incorporación al tramo troncal. El número de vehículos que transcurren por este ramal es considerablemente menor, pero auguran que esta imagen cambiará tras las obras, como consecuencia de la eliminación de la incorporación de Artaza. Diputación prescinde de esta conexión porque «ralentizaba» el tráfico al incorporarse a La Avanzada desde un stop.

Ante este nuevo mapa, la alternativa para los residentes de Artaza será dirigirse a esta avenida para después conectar con la arteria principal. «Tenemos miedo por la avalancha de tráfico que se nos viene encima», confiesa Lozano. Esta preocupación nace porque la salida del garaje comunitario -con 180 coches- conecta directamente con esta vía secundaria. «Existe un punto de inseguridad, algún día habrá un susto», apunta. Habrá que esperar siete meses para conocer si realmente este nuevo mapa afecta a los vecinos más próximos.