La semana pasada una amplia multitud también se reunió en este mismo punto, el paseo próximo a la playa de Plentzia. e.c

Botellas e insultos contra los ertzainas que acuden a disolver un botellón en la playa de Plentzia

Los incidentes tuvieron lugar alrededor de las 3.30 horas de la madrugada de este sábado en el paseo próximo a la playa

Sábado, 17 de julio 2021, 09:42

La Ertzaintza se vio obligada nuevamente a intervenir para disolver un botellón en Plentzia. Según señalan fuentes policiales a este periódico, en la quedada participaron «unas 400 personas». El incidente tuvo lugar sobre las 3.30 horas de esta pasada madrugada en el paseo próximo ... a la playa. Hasta el lugar se desplazaron en un primer momento dos patrullas para tratar de disolver el amplio grupo. A su llegada, los agentes fueron recibidos con insultos y lanzamientos de varios objetivos, entre ellos, botellas, lo que les obligó a tener que pedir refuerzos. Al operativo se sumaron tres furgones de la Brigada Móvil, los antidisturbios.

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Los vecinos de la zona fueron testigos de todo lo ocurrido. Relatan que se vivieron «momentos de tensión», aunque la cosa finalmente no fue a mayores. «Algunos, al ver las luces, se han marchado corriendo». La actuación se prolongó durante más de dos horas y se saldó sin ninguna detención. Las fuentes policiales consultadas señalan que los enfrentamientos fueron «puntuales y al principio, nada comparable a lo vivido en Sopela», cuando la Ertzaintza hizo amago de cargar para dispersar a los presentes, que respondieron lanzando varias botellas de cristal.

En el caso de Plentzia, ese incidente inicial obligó a los ertzainas a tener que pedir el refuerzo de la Brigada Móvil. Los presentes arrojaron varios objetos, entre ellos botellas, contra los agentes. Una de esos vidrios impactó contra la luna del coche, que terminó dañada. La entrada de los tres vehículos de los antidisturbios hizo que la masa de personas se dispersase. Algunos lo hicieron adentrándose en la playa. Otros enfilaron el paseo hacia el PIE, tomando esa salida.

«La solución a estos botellones no pasa por aumentar la presencia policial, sino que son las personas las que deben actuar con responsabilidad y sensatez»

Elixabete Uribarri, alcaldesa de Plentzia

Una vez la Ertzaintza tomó el control de la zona, los agentes mantuvieron la vigilancia durante más de dos horas para evitar que el grupo pudiese volver a juntarse. El metro no retomó el servició hasta las 6.00 horas, por lo que algunos de los presentes estaban condenados a esperar hasta ese momento. De manera que la Policía autonómica únicamente abandonó el lugar cuando vio cómo los participantes desalojaban la zona y emprendían el rumbo hacia el metro.

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Estado en el que quedó la luna del coche de la Ertzaintza tras recibir el impacto de una botella de cristal. E. C

 

Lo cierto es que lo ocurrido no es nuevo. «Se veía bastante gente por donde los arcos», mismo punto donde hace siete días también se reunieron los chavales. El pasado domingo, la Ertzaintza también tuvo que dirigirse hasta ese lugar para poner fin a un botellón que congregó a «unas 400 personas». Parte de ese grupo se puede ver en la imagen que acompaña este artículo. En esta ocasión, en un ambiente aún más festivo por los 'cármenes'. 

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«Responsabilidad y sensatez»

A medida que avanzaba la jornada la atmósfera se fue caldeando. El punto más congregado fue el puerto. «Había muchas personas, algunas de ellas vestidas de arrantzale. Y en la playa había varios grupos sentados en círculo bebiendo», relatan algunos residentes. Eran las 21.00 horas y ya vaticinaban que se podría repetir lo ocurrido siete días atrás.

«En la calle Areatza -la que desemboca en la zona portuaria- había grupos de chavales en tono festivo. Alertamos del peligro porque se estaban empujando junto a la carretera», comentan. La imagen también se repitió en el casco histórico, aunque con mucha menos fuerza. «Desde el metro cada vez iba llegando más gente», comentan los vecinos.

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El Ayuntamiento de Plentzia anunció la semana pasada que suspendía todas las fiestas del verano por «la delicada situación epidemiológica». Una medida con la que buscan evitar las tan temidas aglomeraciones y conseguir así contener la propagación del virus. Y como respuesta al decreto del Gobierno vasco, el Consistorio optó por reforzar con tres agentes más su plantilla para disponer de dos uniformados por turno, aunque se descartó realizar ningún vallado.

No obstante, la Policía Local, al igual que en otros municipios, no cuenta con servicio de noche, por lo que en el momento más temido ayer se vieron atados de manos. Y el Ayuntamiento, que denuncia lo ocurrido, censura que «la solución a estos botellones no pasa por aumentar la presencia policial, sino que son las personas las que deben actuar con responsabilidad y sensatez», comenta a este periódico Elixabete Uribarri, la alcaldesa.

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«No nos queda otra que seguir apelando a la responsabilidad individual, más teniendo en cuenta las cifras de contagios entre el colectivo de jóvenes, totalmente disparadas», apunta la regidora. El Ayuntamiento pidió la colaboración de los vecinos para contenerse y tratar de evitar justo lo que ha terminado ocurriendo. «Lo más responsable es renunciar a la celebración de las fiestas y no poner en riesgo el trabajo que se está haciendo en la lucha contra la pandemia».

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