Inmigrantes han buscado refugio durante meses en un bosque entre Berango y Getxo

El terreno está lleno de zarzas y, pese a tener un propietario, no está vallado ni cerrado. El difícil acceso y la gran extensión del bosque explicaría que estas personas hayan permanecido tanto tiempo sin caer en el radar de los vecinos ni de las autoridades. A día de hoy, fuentes policiales consultadas por este periódico desconocen si permanecen algunas de estas personas en el lugar, ya que el dueño de la parcela ubicada en los alrededores de Itza Bidea no ha recurrido a la vía jurídica, lo que obligaría a los agentes a regresar y proceder al desalojo por orden judicial.

De hecho, diez de los inmigrantes forman desde el pasado octubre parte de los programas de acogida y formación que lleva a cabo la Asociación San Nikolas Zabalik, afincada en Algorta, «pero pernoctaban en el bosque a falta de un techo», detalla la responsable de la agrupación Aintzane Monteverde. «Les hemos ayudado en cuestiones de trámites, aseo, reparto de alimentos y también impartimos unas clases de castellano», expresa. El resto de inmigrantes que detectó la Policía en sus visitas no se han adscrito por el momento a ningún programa de ayuda social.

El anterior párroco de San Nicolas, Javier Garay, recuerda que en la localidad hay unas 150 personas durmiendo en la calle y en bosques cercanos. En ese sentido, la alcaldesa de Berango, Itziar Aginagalde, afirma que «intentamos ayudarlos en los albergues habilitados a tal efecto, diurnos en verano y nocturnos en invierno. Además hay un convenio con el Consistorio de Getxo y nos repartimos las responsabilidades, pero en ocasiones el volumen de gente nos supera y con nuestros recursos no damos abasto. Es entonces cuando la población que está en condiciones irregulares termina ocupando espacios deshabitados u ocultos, como ocurre en este caso con el monte», indica la regidora.

Tras la actuación policial, los ayuntamientos de las dos localidades, representantes de la población magrebí y asociaciones intentan gestionar esta problemática con medidas sociales y sin recurrir a la vía judicial. Para disolver los asentamientos ilegales, la asociación de Getxo, en coordinación con más entidades, consiguió que la iglesia Santo Domingo de Guzmán, en Berango, habilitara su planta superior como albergue temporal de la decena de personas adscritas a clases de castellano y atención en el comedor.

La parroquia ha dispuesto este espacio como alojamiento de emergencia desde las ocho de la tarde a las nueve de la mañana, explica Monteverde. «Tiene las cosas más básicas, pero lo vamos acomodando poco a poco. Es mejor que estar en la calle, pero aún las condiciones no son aún las más adecuadas», aclara. También señala que hace un mes se convocó a voluntarios para las labores de acondicionamiento del templo. La presidenta de la asociación precisa que «a través de un equipo de acogida y gestiones han logrado que algunos se matriculen para el curso que viene en un grado medio o una formación básica, en función un poco de las posibilidades que cada uno de ellos tiene».

En paralelo, algunos vecinos de Berango y de Getxo han expresado su preocupación por la presencia de estos asentamientos ilegales en los municipios y solicitan a la Administración que adopte medidas para prevenir la ocupación irregular de terrenos privados o públicos.