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La pintura y las galerías siempre han tenido un hueco importante en la vida de Iñigo Sarria, un getxotarra licenciado en Derecho. Cuando se jubiló, la que hasta entonces había sido una afición más que significante, se convirtió en un elemento todavía aún más relevante de su vida. Y comenzó a darle vueltas a cómo podía aglutinar parte de su obra pictórica, dedicada a retratar su localidad, en un libro que divulgase precisamente la maravillosa evolución que sufrió el municipio costero en los siglos XIX y XX, y que le llevó a convertirse en uno de los más pudientes del País Vasco e incluso de España.
En 'Getxo en pinturas', un documento escrito que ha elaborado con el apoyo del Aula de Cultura de Getxo, aúna su afán de divulgación y su principal hobby. Utiliza el arte visual como hilo conductor dentro de las ochenta páginas en las que narra la admirable transición que ha sufrido el municipio, para de ser poco más que unas marismas y una zona rural, a convertirse en el municipio con mayor apogeo de Bizkaia. Prueba de ello es que en 1577 contaba tan sólo con 110 habitantes.
«He planteado el libro como un ensayo, con reservas, pero sí preguntándome si Getxo ha superado los retos que se marcó en sus inicios cuando las villas pujantes eran Bilbao y Portugalete», recuerda el escritor.
El trabajo literario está dividido en varios capítulos y se detiene en Las Arenas, Algorta, el Puerto Viejo y en el origen de Neguri, pero también en lugares emblemáticos como el Puente Colgante, el monumento a Churruca y la iglesia de las Mercedes, entre otros. Tampoco se olvida de acontecimientos deportivos como la Regata del Gallo y de clubes como el Arenas, entre otros. «He incluido un mapa de 1860 en el que se puede contemplar cómo era las Arenas y que sólo había un par de senderos. Por eso, he querido destacar que gracias a la creatividad de personalidades de la época se consiguió transformar algo que en su momento eran zonas comunales y que se pusieron a la venta después para la propiedad privada», señala Sarra.
En ese empresa en la que se embarcaron varios ilustres del siglo XIX destacó Máximo Aguirre Ugarte, personalidad que adquirió los arenales desde Erandio y hasta la costa, tras la desamortización de Mendizabal. «Lo saneó, plantó pinos y luego edificó lo que fue las Arenas», recuerda el pintor.
Para honrar esos inicios Sarria ha decidido que el primer cuadro que aparece en el libro sea el de la ermita de Santa Ana que fue creada por la viuda de Aguirre. «Era un hombre que había viajado mucho y pensó en crear aquí una ciudad balneario, de hecho, sus hijos hicieron unas termas donde actualmente está el Marítimo», detalla.
Y en una época en la que se pusieron de moda los baños de mar, Portugalete ya contaba con uno, Getxo comenzó a recibir a sus primeros turistas. Bizkaia gozaba de una burguesía, que se había hecho rica gracias a la extracción de hierro, que además era fácil de obtenerse al encontrarse en la superficie de las localidades de la Margen Izquierda, y se podía exportar fácilmente por mar.
«En aquellos tiempos fue muy novedoso la construcción del Puente Colgante que se hizo para que la gente pasara de un balneario a otro, y que diseñó el arquitecto Alberto de Palacio. Estuvo inspirado en las vagonetas en las que sacaban el carbón y sirvió para unir las dos márgenes sin interrumpir la navegación. Lo convencional hubiera sido poner un puente elevadizo, pero aquí, se siguió innovando. Por eso, también he querido recordar este momento», revela el getxotarra.
Otras menciones pictóricas se lleva, por ejemplo, Churruca por ser la persona que solucionó el problema de que se encallasen los barcos al entrar en la ría. Mandó construir dos diques para quitar las dunas y diseñó el Superpuerto. «Bizkaia prosperó mucho gracias a sus decisiones», afirma el autor.
El libro además repasa cómo esos ingleses que llegaron a Getxo fueron los promotores del 'histórico', como se denomina al Arenas por ser uno de los primeros clubes de fútbol del país. «He querido dar un toque personal porque cuento que mi abuelo jugó en ese equipo y que mi madre nació en una de esas casas de principios de siglo», comenta. También hay una mención para el velero el Saltillo, Arriluze, la Galea y para las familias de las que salieron marineros.
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