Una persona toma el sol junto a los jardines del palacete getxotarra. Manu Cecilio

Getxo cambia la normativa para hacer un hotel en el palacio de Lezama Leguizamón

El Ayuntamiento ha denegado la recalificación de los hoteles Embarcadero y Maitena para que puedan acoger viviendas

Martes, 30 de julio 2024, 00:49

Convertido en un destino turístico cada vez más atractivo y demandado, Getxo quiere hacerse un hueco en los viajes de lujo. El Ayuntamiento ha modificado el planeamiento urbanístico para que el palacio de Lezama Leguizamón, uno de los edificios más emblemáticos del municipio con vistas ... al Abra, pueda convertirse en un hotel de lujo. De primeras cuenta con una imponente fachada para lograrlo, puesto que es una de las grandes villas getxotarras.

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El Ejecutivo local, formado por PNV y PSE, con el apoyo el PP, principal partido de la oposición, ha aceptado las alegaciones que los propietarios del edificio presentaron al documento inicial del PGOU, aprobado el pasado viernes en pleno extraordinario. Actualmente tiene uso residencial y está dividido en varios pisos.

El cambio no supone que de un día para otro el inmueble se convierta en un establecimiento hostelero -queda por delante la realización de los proyectos y el correspondiente visto bueno del departamento municipal de Urbanismo-, pero sí deja la puerta abierta a un nuevo futuro. A su favor tiene que está habitada y en buen estado de conservación.

El palacete fue diseñado en 1902 por el arquitecto José María Basterra, a petición del empresario Luis Lezama Leguizamón, y posteriormente dejó su impronta el arquitecto Manuel María Smith en 1919 con una gran reforma. En 1933 sufrió un voraz incendio en el que se perdieron los fondos de la biblioteca que entonces era la mejor colección privada del país.

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En 2001 las grandes villas residenciales del municipio getxotarra fueron reconocidas como Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental. Esta protección deberá ser tenida en cuenta en el caso de que el que es uno de los edificios más representativos de la arquitectura palaciega cambie de uso.

1902

fue el año en el que el arquitecto José María Basterra diseñó el palacete.

Bien cultural

La modificación será efectiva a finales de año. El Ayuntamiento aprobará de forma definitiva el plan en octubre, una vez que la Comisión de Ordenación del Territorio del Gobierno vasco otorgue sus parabienes al documento. La alegación de los dueños permite la reconversión de una calificación residencial a una terciaria. El Consistorio destaca que deberán respetarse los «valores de acuerdo con su grado de protección especial».

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El requisito no supone mayor inconveniente porque hay otros edificios protegidos en la zona de Neguri que se han adaptado a los nuevos tiempos. De hecho, de materializar su intención, el Palacio Lezama Leguizamón seguirá los pasos del Arriluce, que también se ha reinventado como hotel de súper lujo. Con cinco estrellas compite con el Hôtel Du Palais de Biarritz, el María Cristina de San Sebastián y el Real de Santander en el entorno más cercano. El inmueble de 1912 fue sometido a una rehabilitación integral para dar paso a 49 habitaciones. El Palacio Eguzkialde, la conocida como 'antigua casa de la alcaldesa' por residir en ella la que fue la única regidora de Bilbao, Pilar Careaga, por ejemplo, se transformó en 2017 para acoger cinco viviendas exclusivas, y el proyecto tuvo que someterse a las directrices fijadas por el departamento de Patrimonio de la Diputación. Hay más casos.

Dentro de las más de 2.000 alegaciones que se presentaron a las nuevas normas urbanísticas, los propietarios de otros dos hoteles del municipio también solicitaron cambiar su estado actual. Sin embargo, querían en sentido contrario poder convertir los edificios en viviendas, algo a lo que se ha negado el Consistorio.

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Una de las peticiones fue suscrita por el hotel Embarcadero, que está en la Avenida de Zugazarte, y la segunda por los dueños del Maitena de la Avenida del Ángel. El pequeño hotel, que anteriormente fue una guardería, está cerrado desde hace años precisamente con la intención de sus propietarios de acoger un proyecto inmobiliario, que no se terminó de materializar al no estar de acuerdo el Consistorio. El proyecto se aparcó y la parcela entró en un estado de dejadez que llevó hace unos meses al Ayuntamiento, ante las quejas vecinales, a obligar a los propietarios a adecentar toda la zona exterior.

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