La Ertzaintza volverá a la comisaría de Getxo después de tres años de obras

La renovación del palacete, pero también la ampliación de las instalaciones con la construcción de un edificio exterior y anexo para disponer de más espacio de cara a organizar un servicio esencial para el municipio, ha supuesto todo un reto porque desde allí se atiende a 115.000 habitantes de Getxo y de las localidades de la demarcación de Uribe Kosta. Y es que a pesar de que los ciudadanos no han padecido las consecuencias y han podido presentar sus denuncias en la localidad, los uniformados tenían su sede de trabajo en la macrocomisaría de Erandio y debían dirigirse allí inicialmente con el consiguiente esfuerzo organizativo. También en la central vizcaína se ubicaban los atestados, que ya han vuelto a instalarse en la sede getxotarra y hasta que se abran las nuevas dependencias, por ejemplo, los detenidos continuarán siendo trasladados a los calabozos de Erandio.

Desde el Departamento de Seguridad confirman que está todo prácticamente terminado. «Faltan remates, el fin de obra y los certificados energéticos», comentan. En menos de dos meses dispondrá de más espacio para los funcionarios, además de cubrir las necesidades de uno de los municipios vizcaínos en el que más ha crecido la delincuencia. El año pasado los robos con violencia subieron un 30%.

La nueva edificación de tres plantas está semienterrada con una superficie de más de 4.000 metros cuadrados. Allí se ubicarán las áreas de atención a la ciudadanía, investigación, salas de denuncia y atención a víctimas de violencia de género, así como las zonas de detención, aparcamiento, almacenes y vestuarios. El palacete quedará mientras tanto para el centro de mando y comunicación, las jefaturas de la comisaría, las líneas administrativas y la oficina de la dirección de recursos humanos.

Los trabajadores y sindicatos como ERNErecuerdan que la obra se acometió después de que durante tiempo los policías tuvieran que utilizar barracones para cambiarse. «No eran condiciones muy dignas», lamentan. Desde la central cargan contra el departamento porque se construyen edificios «bonitos, pero poco funcionales y sin atender a las necesidades de los trabajadores».

Hablan de «incompetencia» porque después de hacer la obra se ha tenido que buscar soluciones para «las goteras de agua que caían desde el techo por la condensación que generaba la nueva instalación». Y no es el único sitio del que censuran las obras. «Los vestuarios de Tráfico en Erandio se encharcan cuando llueve dos días seguidos», dicen.