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La convocatoria no mentía. Este sábado se celebraba en la playa de Ereaga, en Getxo, el Día de la eólica marina, una actividad familiar que incluía el montaje de «aerogeneradores offshore fijos y flotantes». Y efectivamente, se montaron 'molinos' en el agua. No solo se ... explicó su funcionamiento en la arena, no. Niñas, niños; padres y madres, se mojaron, literalmente, para construir e instalar sus generadores eólicos a escala reducida en el mar, convenientemente asesorados por especialistas e investigadores de Tecnalia y la UPV/EHU.
La actividad formaba parte de la iniciativa ORE4citizens, liderada por Tecnalia y entre cuyos objetivos está «poner de relieve el liderazgo de la industria vasca en este sector a nivel global y la oportunidad que supone para la sociedad y el planeta».
Este sábado, 32 familias, repartidas en varios turnos, aprendieron de primera mano cómo funcionan los aerogeneradores, los montaron y los probaron. Cada grupo contaba con la guía de un especialista. Eider Robles, directora de ORE4citizens y profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática en la UPV/EHU, era una de ellos. Aunque no lo parecían, «esto son prototipos que funcionan, no son de juguete, generan energía de verdad», explicaba Robles apuntando al piloto que se encendía al girar las aspas y que indicaba que el aparato estaba generando electricidad.
«Primero montamos el generador aquí», en la arena, «y luego lo llevamos al agua. Los tipos de plataformas que estamos probando son exactamente los que luego pueden encontrarse en el mar. Tanto las ancladas al fondo marino como las flotantes, las que se instalan en lugares con profundidades muy altas». Los prototipos flotantes, con sus anclas de sujeción, parecieron ser la opción más celebrada por los peques ayer, en una mañana soleada, con un viento ligero, suficiente para hacer girar las aspas de los generadores, y con un oleaje mínimo. «Hemos tenido suerte con el tiempo», observaba Robles.
Iker Isasi, de 12 años, era uno de los chavales que participaba junto a su padre, Aitor, en la actividad, que habían descubierto «gracias a un amigo». «Nos comentó que iba de energía eólica. Son cosas que ves en el mar y en el monte, y te das cuenta de que no sabes muy bien cómo funcionan. Así que nos apuntamos», resumía Aitor, recién salidos los dos del agua con un aerogenerador en la mano. «Hemos instalado tres, uno de cada tipo», resumía Iker. «Dos fijos y el flotante», precisaba. «Me ha gustado mucho». ¿Como para dedicarte a esto en el futuro? «Pues... estaría bien».
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