Un empresario coruñés se hace con el restaurante del molino de Aixerrota por 6.000 euros al mes

Como ya adelantó este periódico, detrás de Aixerrota Grupoel 10 S.L. está Marcos Contreras, empresario originario de A Coruña que emigró hace un par de décadas a Perú, donde ha levantado un emporio hostelero en Lima que ya ha dado el salto a España. Aquí gestiona diferentes negocios de este sector y ahora busca asentarse en Bizkaia. En la carrera por hacerse con el bar-restaurante de Aixerrota, compitió con un hostelero vizcaíno (Sarriena Hostelería S.L.), que ofrecía un canon más elevado (8.100 euros mensuales), pero finalmente decidió apartarse del proyecto.

El ganador se tomará ahora un plazo para realizar las reformas necesarias en el Molino antes de levantar la persiana. Según el responsable municipal de Contratación y Patrimonio, Álvaro González, la empresa deberá solicitar para ello las licencias obligatorias y disponer de las autorizaciones municipales pertinentes, «por lo que la apertura del negocio no se producirá hasta dentro de varios meses».

Hay que recordar que en este edificio estuvo durante muchos años en funcionamiento el restaurante Cubita, pero cerró en enero de 2021 inmerso en un proceso concursal. La resolución del mismo se prolongó más de lo esperado. Además, el Ayuntamiento sufrió un revés al quedar desierto el primer concurso que planteó para conseguir un nuevo gestor.

En la segunda intentona, el Consistorio retocó las condiciones iniciales. Uno de los pasos modificados fue que la propia Administración local se haría cargo de las obras de reparación de la parte del molino de viento. Construido en 1727, presenta problemas de humedades. Es necesaria su impermeabilización y arreglar algunos desperfectos. La propia Corporación se reserva así este espacio para fines culturales. Otros de los cambios aprobados consistieron en elevar el plazo de adjudicación hasta los 20 años, con cinco más de prórroga, y reducir el canon mensual en mil euros, hasta un mínimo de 5.000.

El nuevo adjudicatario se encargará de explotar como bar-restaurante el inmueble anexo al molino, un edificio de dos plantas, con un semisótano de aproximadamente 266 metros cuadrados útiles y una planta baja de alrededor de 370, que es donde estaban el restaurante y la cafetería, con una terraza exterior con vistas privilegiadas al Abra.