El edificio de la estación de Neguri se rehabilitará tras dos años en ruina

El paso culminado por ahora es que Euskal Trenbide Sarea ha dado luz verde al proyecto en la última Mesa de Contratación. El plan pasa por respetar los elementos de esta construcción tan peculiar, que cuenta con un grado de protección medio y está enclavado dentro del Conjunto Monumental del Área singularizada de Getxo.

Van a restablecer la cubierta original. Incluso demolerán «dos cuerpos añadidos» del inmueble porque «no formaban parte del edificio original». También eliminarán la totalidad de la estructura y carpintería de madera por estar llena de termitas, moho y hongos.

Otra cuestión importante consiste en la eliminación de barreras arquitectónicas. Si antes los accesos consistían únicamente en unas escaleras, está previsto habilitar definitivamente una rampa de unos dos metros de anchura, con accesibilidad universal. Según fuentes de ETS, por dentro se dejará el edificio vacío para que no se condicionen los usos futuros que se le puedan dar. Antes de la pandemia ya había empresarios de hostelería interesados en abrir allí un negocio.

Tras rehabilitación de la estación de Plentzia, solo faltaba la de Neguri para mantener en pie parte del patrimonio arquitectónico de estas construcciones tan peculiares y típicas de la línea del viejo ferrocarril. En sus tiempos contaban con oficinas en las que se expendían los billetes y albergaban la oficina del jefe de estación.

En concreto, la construcción de Neguri es de estilo neovasco, de principios del siglo pasado. Se inauguró junto con la línea del tren San Nicolás (Bilbao)-Plentzia, cuya gestión correspondía entonces a Ferrocarriles Vascos. Pero el trazado del Metro lo dejó alejado y en desuso.

La única intervención realizada por ETS consistió en asegurar la estructura. Pero su aspecto lamentable -apuntalado, con andamios provisionales y vallas exteriores- generó protestas en este barrio getxotarra por «el peligro que generaba». Ante la intervención prometida ahora por la entidad pública dependiente del Departamento de Transportes del Gobierno vasco, los vecinos no ocultan ahora su «alegría, porque en el estado en que se encuentra, está claro que puede producirse un accidente cualquier día», según relata una residente.

Hasta hace unos años, la planta baja del edificio -de 84 metros cuadrados- albergó el estanco 'La Cantina', donde unas mujeres vendían además revistas y periódicos. Pero en mayo de 2019, ETS les desalojó, alegando que existía un riesgo de que se produjese un accidente por el estado de ruina en que se encontraba.

La queja de los residentes es que «se ha tardado demasiado en arrancar con las obras para asegurar la estructura y apuntalarla». Algunas de las vallas colocadas en el perímetro fueron arrastradas por un vendaval hace meses y tampoco les ofrecían garantías a los habitantes de la zona. Incluso el propio Ayuntamiento de Getxo advirtió en reiteradas ocasiones del peligroso estado en que se encontraba ya antes de llevar a cabo el cierre del estanco, el 11 de mayo de hace dos años.