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Las festividades en honor a la Virgen del Carmen en Larrabasterra han revivido el conflicto que la ermita de este barrio de Sopela arrastra desde hace un año. La iglesia donde hoy debería celebrarse la Eucaristía anual permanece ocupada desde el verano pasado, lo que ha llevado a la Diócesis de Bilbao a recurrir a la vía judicial para desbloquear la situación y recuperar el control sobre el templo, han informado fuentes del Obispado a ELCORREO. Mientras se resuelve la actual situación, la Iglesia ha decidido como alternativa trasladar este año la ceremonia a la Iglesia de San Pedro de Sopela, donde hoy a las 12.00 horas podrán asistir los vecinos que deseen cumplir con la cita religiosa.
El párroco de la localidad Borja Uriarte recuerda que «hablamos de una tradición» y le da «pena por la gente mayor que tiene la costumbre de acudir por estas fechas a los respectivos sitios de encuentro». Algunos vecinos de Larrabasterra lamentan el edificio lleve ya un año en manos de okupas, impidiendo así los usos y oficios para los que la ermita fue concebida. «Es una falta de respeto a las creencias de las personas», asegura Jesús, un residente de la zona.
Así, a la ausencia de la misa en el programa de las fiestas de El Carmen en Sopela, que desató protestas entre algunos feligreses del pueblo, se suma ahora el hecho de que el lugar donde estos esperaban congregarse este 16 de julio tampoco podrá acogerlos. Sobre la programación estival, el Ayuntamiento calificó como un «error de edición» que los actos desaparecieran de la programación, solo se mantuvo la de Santa Marina porque se celebra en colaboración con Urduliz y las Peñas.
En junio de 2023, un grupo de jóvenes ocupó la iglesia de Larrabasterra con la intención de abrir en ella un centro cultural autogestionado, según ha confirmado el Obispado, propietario de las instalaciones. El Ejecutivo local está al tanto de las «actividades culturales» que se desarrollan en el templo por parte de diferentes colectivos, pero aclara que esta intervención no ha tenido consecuencias ni en la seguridad ciudadana ni en temas como la limpieza de calles, cuestiones que ya serían competencia del Consistorio.
Mientras tanto, avanza en los juzgados la causa abierta para desocupar el lugar, cuya venta al Gobierno local estaba el año pasado en trámites por parte de la Diócesis. Hace dos años llegó a plantearse incluso la posibilidad de crear una especie de Bilborock, manteniendo un espacio para el culto en la parte frontal.
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