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Jon ander Goitia
Domingo, 26 de abril 2020, 09:47
Desnuda y con su interior al descubierto. Así ha quedado una de las naves industriales situada en la calle Felipe del Río, en Leioa, después de que parte de su fachada se haya desprendido a primera hora de esta mañana del domingo. La pared, de unos cinco metros de altura y veinte de ancho, se ha venido abajo invadiendo completamente la calzada de dos carriles por la que a diario transitan vehículos y peatones. Afortunadamente no ha habido que lamentar ningún herido, solo daños materiales.
La alarma ha saltado poco después de las siete de la mañana, cuando se ha dado aviso del derrumbamiento que se había producido en la antigua fábrica Misa, junto a las cocheras de Euskotren y los campos de fútbol de Lamiako. El pabellón, de alrededor de 8.000 metros cuadrados, llevaba años abandonado, a la espera de recibir el visto bueno para derruirlo por completo. En una actuación anterior ya se le había retirado la cubierta.
Hasta el lugar se han desplazado efectivos del cuerpo de bomberos del parque de Artaza y de la unidad canina de la Ertzaintza. Estos últimos han verificado que bajo los escombros no había quedado atrapada ninguna persona. La tarea ha recaído en un perro especializado que ha recorrido minuciosamente cada uno de los rincones de la zona afectada para dar el visto bueno a la siguiente fase del operativo: la retirada de los cascotes. Asimismo, también se ha cortado el suministro eléctrico de las farolas que como consecuencia del accidente se han visto afectadas.
Por el momento se desconoce cuál ha podido ser el motivo que ha ocasionado este derrumbe, se ha abierto una investigación para esclarecer las causas. La noticia ha despertado una expectación entre los pocos vecinos que, aprovechando el permiso para pasear con sus hijos, han transitado cerca de la zona. «Menos mal que ha sido pronto y nadie estaba paseando por la zona», comentaba aliviado un padre, con su hija.
No obstante, la zona desde el primer momento ha quedado completamente cortada al paso, y seguirá así en las próximas fechas. «Estará cerrada hasta que se consiga asegurar el edificio o se derruya por completo», apuntan fuentes municipales. Euskotren también ha tomado medidas de precaución, precintando el acceso a las cocheras por la calle que colinda con este pabellón, para evitar que los conductores de autobuses, al pasar por la zona, puedan verse sorprendidos por un nuevo desprendimiento.
A lo largo de la mañana un grupo de operarios ha trabajado en la retirada de los escombros que habían tomado la calzada. Será la primera fase de una tarea que se culminará con la eliminación de este pabellón del lugar. El Ayuntamiento ya dio hace más de un mes el visto bueno para echar abajo esta nave industrial que antiguamente registraba una gran actividad, parte de ella eran vecinos del municipio. En este trámite faltaba únicamente el visto bueno del departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco para poner en marcha la maquinaria de derribo.
Esos permisos ahora se agilizarán. «El arquitecto municipal ha tramitado de manera urgente la solicitud para acometer los trabajos lo antes posible», informan. Sobre plano la empresa Vusa, que compró los terrenos hace dos años, ha proyectado la edificación de alrededor de 700 pisos nuevos. Una «posible propuesta que está en el aire» porque «obligaría a una modificación de la zona» y que dependerá del visto bueno de la cámara local.
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