ANE ONTOSO
Viernes, 30 de noviembre 2018, 14:50
La plaza de Santa Eugenia de Romo (Getxo) se vestirá mañana de diferentes culturas y colores. La XXI edición de la Feria de la Cooperación al Desarrollo 'Getxotik Mundura Mundutik Getxora', organizada por el Ayuntamiento de Getxo, dará comienzo un año más. En ella los ... ciudadanos podrán conocer el trabajo que las ONGs desarrollan en diferentes países, además de participar en diversos talleres, conocer iniciativas solidarias locales como SolidaridUP y presenciar actuaciones de baile y música. Las alumnas de Ana Lara Dantza Eskola de Algorta, precisamente, han preparado varias piezas de danza (12,45 h.), que les permitirán hacer una donación de 500 € para el proyecto solidario de Sunu Buga Buga. Con la dádiva pretenden aportar a la campaña que reúne fondos para dar el desayuno, durante un curso entero, a 153 niños del Colegio de Primaria y Educación Infantil de Bijilo, en Gambia (África), que atiende la ONG. «Un desayuno para un curso entero cuesta 6.000 euros, unos 15 dalasis, la moneda de Gambia, por día (15 dalasis equivalen a 0.266 euros) -explica Verónica Hormaechea, alma máter de Sunu Buga Buga-. Estamos apunto de llegar a la mitad».
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El desayuno consistirá en 'chakri', una mezcla de sow (yogur natural de leche de vaca), cuscús y azúcar, y fruta como plátanos, naranjas y para los viernes manzana, un producto caro que no muchos se pueden permitir allí. «Pretendemos complementar su alimentación, que no tiene proteína, en forma de lácteo y fruta», aclara. Pese a que ayudan a las familias más pobres de la zona, Verónica no quiere que los donantes se muevan «motivados por la compasión». «Tienen carencias, pero por ejemplo tienen algo que los niños de aquí han perdido: su propia sociedad, están en la calle todo el día y tienen una gran capacidad de organizarse -relata-. También tienen más responsabilidades desde que son muy pequeños. Aquí los niños son más dependientes de sus progenitores»
La directora de la escuela de danza getxotarra, Ana Lara, conoció a Verónica y pronto se enamoró del proyecto. «Vas una vez y ya te pinchas. Quiero volver», revela. Ha viajado en un par de ocasiones a Gambia, una con su hija y también profesora Ane Zubizarreta, y allí dieron clases de baile clásico y moderno a los niños y niñas de Bijilo. «Sigo el sistema de la Royal Academy de Londres y les di una base técnica de iniciación con ritmo, psicomotricidad, lateralidad...», recuerda. Nada sencillo de lograr a cuarenta grados y en pleno Ramadán. «Me encanta el trabajo de Ana. Es un cañón. En dos semanas puso a bailar clásico a los niños. Solo tengo buenas palabras, confiesa Verónica. Mañana, las alumnas de la escuela mostrarán piezas con música africana y otras de moderno, clásico y oriental.
Verónica puso en marcha Sunu Buga Buga hace más de siete años. Era coordinadora en tierra de una compañía aérea, cuando en un viaje al país africano «algo se le movió dentro» y llegó a hacer 13 visitas en un año y medio. En ese tiempo conoció el país y transportó medicamentos. El último fue para quedarse. Y así emprendió el proyecto solidario que hoy es un centro de desarrollo comunitario con botiquín, servicio social, ludoteca... y una escuela que, sin la ayuda del Consistorio getxotarra, asegura, «no hubiera sido posible».
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