El coro amateur que cautiva allá donde va

Lo que comenzó con un grupo de diez amigos de Sopela cantando en Santa Águeda volverá a cobrar protagonismo este martes. La misma festividad servirá de marco al 20 aniversario del Sopelako Lagun Artea Abesbatza, integrado por más de cincuenta personas. Los jubilados que comenzaron esta actividad sin grandes pretensiones se han convertido ahora en una agrupación coral federada que ha recorrido escenarios de todo Euskadi y llevado su buen hacer más allá incluso de sus fronteras.

Su historia comenzó en junio de 2004, cuando un grupo de amigos jubilados, decidieron durante una excursión unirse para formar una agrupación musical. A iniciativa de Luis Suso fundaron el coro y en el otoño de ese mismo año comenzaron sus ensayos. No fue hasta el año siguiente cuando se presentaron por primera vez en las calles de Sopela en honor a Agata de Catania y en las fiestas del pueblo.

Con motivo de su vigésimo aniversario, la agrupación ha dispuesto una batería de actividades y conciertos, un programa que arrancó de hecho el año pasado. Organizaron el I Certamen Coral de Sopelako Lagun Artea Abesbatza, un espacio de encuentro para coros de otros municipios.

Aunque ninguno de los integrantes tiene formación profesional como cantante, han aprendido a moldear su voz para crear un sonido armónico. Bajos, contraltos, sopranos y tenores. Todos han aprendido a desarrollar sus habilidades y cumplen un papel definido. En 2018, Iker Freire se hizo cargo de la dirección del colectivo y desde entonces ha trabajado con ellos para llevar su música a todas partes. Bajo su batuta han realizado numerosas actuaciones, incluyendo conciertos en lugares emblemáticos como la Basílica de Begoña, la Catedral de Santiago de Compostela, la de Burgos o la de La Almudena (Madrid).

El coro también sirve de punto de encuentro para sus miembros. Las actuaciones son una excusa para disfrutar de la compañía de los demás y pasar juntos buenos momentos. Aunque a lo largo de estos años han vivido momentos difíciles como la pandemia, que provocó la pérdida de varios miembros y un drástico recorte de su actividad. Sin embargo, en 2021 retomaron sus ensayos con renovada energía, volviendo a llenar de música las calles y los escenarios.

El coro sigue evolucionando y uno de sus objetivos es atraer a las generaciones más jóvenes. Si bien muchos de sus miembros son jubilados, la incorporación de nuevas voces es una prioridad para garantizar la continuidad de la agrupación. Con este objetivo, se está modernizándo y adaptando a las nuevas tecnologías: han abierto un página web, tienen presencia en redes sociales y un canal en YouTube donde comparten sus actuaciones y ensayos.

En cuanto a su repertorio, el coro sigue fiel a sus raíces y ha mantenido su compromiso con el canto en euskera, aunque también incluye canciones en castellano y latín. Con más de 150 presentaciones, todas ellas documentadas en su web, Santa Águeda siempre ha marcado el arranque del «año coral». Según el presidente del grupo, José Antonio Candina, el esfuerzo y la dedicación de los integrantes es recompensado en sus actuaciones. «Cuando nos presentamos, asisten más personas a la iglesia», destaca.

Además de su faceta artística, el coro ha utilizado su música como una herramienta de solidaridad. Han participado en numerosos eventos benéficos para recaudar fondos y ayudar a personas afectadas por enfermedades como la ELA o en situación de vulnerabilidad, con el apoyo de Cáritas Sopela. La amistad, la dedicación y el amor por la música han sido siempre los pilares de Sopelako Lagun Artea Abesbatza; un coro que, tras 20 años de historia, promete seguir cantando.

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