«La clave para conseguir la excelencia es ser constante y atender en clase»

Pero Ibai no sólo destaca por ser un genio de los números, sino también por haber sido, este curso, uno de los dieciséis escolares de Euskadi en lograr el Premio Extraordinario de Bachillerato que otorga el Gobierno vasco a aquellos que obtienen la mejor puntuación en unas pruebas a las que sólo pueden acceder los que han tenido una media de 8,75 en los dos años de enseñanza postobligatoria, nota que Ibai ha superado con creces hasta alcanzar el 9,68. «Para ser excelente hay que dedicar tiempo al estudio, pero sobre todo prestar atención en clase. Captar los conceptos en el instituto es muy importante. Luego, con respasar los temas unos días antes, es suficiente», apunta. Por ser uno de los 16 mejores de todo el País Vasco, el Ejecutivo autonómico le concederá una subvención por un importe de 1.200 euros para la adquisición de dispositivos digitales.

Asegura que la clave no sólo está en hincar los codos, sino también en «ser constante», aunque sin perder de vista la vida social. «Hay que ir a sacar las mejores notas. No podemos conformarnos con carreras que no queremos sólo porque el corte sea más bajo. Hay que ir a por todas también en Selectividad y eso no nos priva del ocio. Vale, igual no se puede salir todos los días con los amigos, ya que entre ir al instituto, los deberes y repasar, se nos van las horas, pero no he cerrado nunca la puerta a la vida social». En su caso, la asignatura que más complicada le ha resultado «para conseguir el 10» ha sido historia. «No se me da bien escribir mucho en muy poco tiempo», confiesa.

Ahora le toca afrontar una nueva etapa, la universidad, en la que estudiará un grado en Matemáticas, al igual que hizo su hermano mayor. «Desde hace un par de años lo tuve claro. Ahora lo que todavía no tengo decidido es en qué quiero trabajar. Pensaré estos cuatro años si me decanto por ser profesor o ir a alguna empresa», detalla.

Es la segunda vez consecutiva que el instituto Julio Caro Baroja consigue que alguno de sus alumnos sea premiado por su buen trabajo durante el Bachiller. Pero el logro es aún mayor, ya que además de Ibai, la alumna Irati Castillo, que ahora está en Inglaterra, también ha sido condecorada este año. «Para nosotros es un inmenso orgullo. En dos años tener cuatro premios extraordinarios, es algo único. ¡Pocas veces ocurrirá! Contamos con muchos alumnos muy buenos, pero hay pocos que se presenten a este examen voluntario del Gobierno vasco. La mayoría están cansados después de las pruebas de Selectividad», asegura José Antonio Beobide, director del instituto.

En el caso de Ibai, su capacidad de superación fue lo que le empujó a examinarse en estas pruebas elaboradas por el departamento de Educación. «Estaba libre y como ya me habían comentado las características de los premios, me pareció muy buena idea. Sí que es verdad que cuando llegué a la convocatoria, me fijé que muchas mesas de los que nos habíamos apuntado se quedaron vacías por las faltas de asistencia», explica el estudiante, que aprovechará las vacaciones de verano para «reponer fuerzas» de cara a la universidad.