El cierre de una pasarela sobre el metro levanta las críticas en Sopela

Ha pasado ya más de un mes desde que el Ayuntamiento de Sopela decidió cerrar temporalmente el acceso al puente de la calle Lizarre que conecta con Bultzibide debido al deterioro de la estructura de madera que se erige sobre las vías del metro. Pese a que la restricción se implementó por el riesgo que representaba para los usuarios, las obras de mantenimiento aún no han comenzado y el municipio suma así otra polémica por las pasarelas clausuradas, como la rampa de la playa La Salvaje, que ya completa seis meses vallada.

Las quejas y reclamaciones de los vecinos no hacen más que acumularse en las redes sociales y en la plataforma digital que ha habilitado el propio Consistorio para hacer solicitudes de manera telemática. Las vías del convoy se extienden por toda la calle Lizarre hasta la estación de metro y este puente es la opción más accesible. Los residentes de la localidad piden una pronta solución, ya que es el único paso en la zona que permite cruzar al otro lado.

Conscientes del peligro que significa transitar por el camino, los vecinos no piden su reapertura, sino su pronto mantenimiento. El cierre se produjo poco antes de que termine el ciclo escolar, lo que implica rodear una parte del municipio para pasar al extremo oeste. También en esta época de verano, los residentes clasifican el recorrido adicional como «una faena» para ir al parque o para coger el autobús en dirección a la playa, menciona Zuriñe Ortega, vecina de Sopela.

También les preocupa que «desde que lo cerraron no ha habido ni un movimiento, no se ve a personal ni inspeccionando o trabajando», expresa Andoni. Los afectados han instado a los demás ciudadanos a enviar sus quejas de manera conjunta para «respaldar la urgencia de la reparación».

El Servicio Técnico del Ayuntamiento informa que «ante el temor de que la estructura del puente no fuese segura, se ha contratado un estudio de su estado y, en función del resultado, se ejecutarán las obras necesarias. Por lo que, al día de hoy, es difícil saber una fecha en la que se podrá reabrir, dependerá de las naturalezas de los trabajos a realizar». Esta ha sido la contestación que el Ejecutivo local ha transmitido a los interesados en el arreglo del puente. También aclara que «hasta la fecha, no se ha realizado mantenimiento sistemático de ninguna estructura de madera del pueblo, por lo que en los próximos meses se procederá a su planificación». Después del análisis se pasará a la licitación de las obras. Por lo que el proceso «irá para largo», reconoce Jonathan Calvo, residente de la localidad.

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